El rythm and blues electrónico de The Weeknd, convertido ya en una estrella mundial, abrió ayer la vigésimo tercera edición del Festival Internacional de Benicàssim (FIB), que vio su debut en España y se prepara para cifras récord de asistentes y, también, largas colas.

Estas vendrán motivadas principalmente por el dispositivo especial de seguridad puesto en marcha este año, un 30% mayor que el año pasado y que entre otras novedades establece un nuevo perímetro de seguridad.

La organización prevé atraer a 53.000 asistentes en cada una de sus cuatro jornadas, entre 15.000 y 18.000 personas más por día de lo habitual hasta ahora, y repetir el cartel de "no hay entradas" de 2016, que cerró con 170.000 fibers, gracias a Kasabian, Red Hot Chili Peppers y Los Planetas, entre otros.