Cultura

Saliendo de las tinieblas

Más conocido por su trabajo en series como El Hombre-Cosa, Los Defensores y El pato Howard, Steve Gerber (1947-2008) fue uno de los nombres propios de la Marvel de la década de 1970. Más aún, como escribió el editor de The Comics Journal y co-fundador de Fantagraphics: "Es completamente posible que Steve Gerber fuese el mejor escritor que trabajó para una compañía de género en los 70; su influencia fue ciertamente palpable durante dicho periodo". Las ambiciones temáticas y la sofisticación literaria de Gerber conducen al trabajo de otros guionistas más reconocidos como Alan Moore, Grant Morrison o Neil Gaiman (todos admiradores confesos de su obra), pero es injusto reducir la figura de Gerber a mero precedente de lo que vino después. Su trabajo es sólido y apasionante por sí mismo, una especie de obra en marcha que comenzó en 1972 y terminó en el fatídico mes de febrero de 2008, cuando, postrado en una cama de hospital debido a una grave enfermedad pulmonar, entregó a DC su último guion.

Hasta hace un par de años, se podían contar con los dedos de la mano los tebeos de Gerber que estaban disponibles en nuestro idioma, pero la situación ha cambiado sustancialmente en este tiempo, en sintonía con la amplia recuperación de su obra que se ha efectuado en Estados Unidos. La edición por parte de Panini de los tres títulos antes citados coloca en manos de los lectores españoles la trilogía fundamental de una carrera de primer nivel, pero es que, además, han aparecido otras joyas menos conocidas como Los Guardianes de la Galaxia, Tales of the Zombie o este El hijo de Satán que nos ofrece la colección Marvel Limited Edition. Diez de los veinticinco episodios incluidos en el volumen, publicados originalmente entre 1973 y 1977, llevan la firma de Gerber, al que acompañan tres de sus dibujantes fetiche: Jim Mooney, Gene Colan y Sal Buscema. Seres elementales, ritos satánicos, posesiones y lecturas de tarot son algunos de los ingredientes de esta excitante obra de formación en la que destella ya el talento singular de Gerber.

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