Rosario y José Mercé actuarán en La Noche Blanca del Flamenco

Rosario Flores y José Mercé encabezarán el cartel de la segunda edición de La Noche Blanca del Flamenco, que se celebrará en la noche del 20 de junio y la madrugada del 21 en diversos espacios de la ciudad y que también contará con la participación del grupo cordobés Medina Azahara. Cinco producciones de gran formato (dos de ellas de carácter exclusivo), diez producciones en los barrios y otras diez en el Casco Histórico protagonizan el programa del que, según la teniente de alcalde de Presidencia y Gestión del Ayuntamiento, Rosa Candelario, "está llamado a convertirse en el mayor acontecimiento mundial del arte flamenco". Más de 600 artistas desplegarán sus talentos en el plazo de ocho horas y media.

El Ayuntamiento ha adoptado como punto de partida la fórmula que tan exitosa se reveló el pasado año para articular una Noche Blanca más cohesionada que refuerza su apuesta por la amplitud de estilos y el diálogo del flamenco con otras manifestaciones artísticas. Desde las 22:30 hasta las 07:00, un inmenso abanico de propuestas flamencas (desde las asociadas a las esencias más puras de este arte hasta las más vanguardistas) se extenderá por calles, plazas y espacios singulares para poner de manifiesto la vocación cultural de una ciudad que aspira a ser declarada Capital Europea de la Cultura. Un acontecimiento que en su primera edición "movilizó a 200.000 personas" y que el Ayuntamiento quiere convertir por segundo año en "una fiesta de la participación ciudadana". Los organizadores han reforzado también la colaboración con otros sectores de la ciudad (entre ellos, las asociaciones de Peñas y Cofradías) para garantizar una participación amplia y plural en las actividades programadas, todas de carácter gratuito.

La avenida de República Argentina, que recibirá a Rosario Flores, la plaza de la Corredera, donde actuará José Mercé, la plaza de las Tendillas, el Patio de los Naranjos y el Teatro de la Axerquía serán los escenarios de las cinco producciones de gran formato. Rosario, que estará acompañada por otros artistas, "ofrecerá toda su herencia flamenca", señaló Manuel Ruiz Queco, responsable de las grandes producciones de La Noche Blanca. La artista publicó el pasado año su octavo álbum, Parte de mí, integrado por versiones de canciones de diversos autores, entre ellos su hermano, Antonio Flores, Joan Manuel Serrat, Antonio Vega y Manzanita. Por su parte, Mercé, "una de las máximas figuras del cante actual", según Queco, regresará a Córdoba para actuar, también acompañado, "en un espacio muy flamenco y muy gitano" que en la anterior edición de esta iniciativa cultural recibió a José El Francés y Diego El Cigala, entre otros.

La Diputación (que pondrá autobuses a disposición de los ciudadanos de la provincia que quieran asistir a las actividades), la Junta de Andalucía y el Consejo Regulador Montilla-Moriles colaboran también en la organización de la segunda edición de La Noche Blanca del Flamenco, junto a diversas áreas municipales.

Uno de los aspectos más destacables de esta edición es, según el coordinador general del acontecimiento, Joaquín Zurita, el incremento de producciones propias, una línea de trabajo en la que la organización quiere seguir profundizando en los próximos años (ver despiece). "Todas las propuestas en el Casco Histórico serán producciones exclusivas", señaló Zurita. Este programa de espectáculos, coordinado por Juan Carlos Villanueva, tendrá como escenarios la plaza del Conde de Priego, la Cuesta del Bailío, el Compás de San Francisco, la plaza de Jerónimo Páez, la plaza de Capuchinos, la Posada del Potro, la plaza del Cardenal Salazar, la Puerta del Puente, la plaza Abades y el Museo Julio Romero de Torres. Los artistas locales representarán un papel principal en el programa, cuyo apartado de producciones en los barrios tendrá como puntos de atención las plazas de la Juventud, Cañero, Amanecer de Fátima, la Unidad, la Marina Española, los Califas y Valdeolleros, el Campo de la Verdad, el Parque Cruz Conde y la Huerta de la Reina. La relación de actividades se completa con un programa de arte contemporáneo (dirigido por Miguel Ángel Moreno), una producción para niños, una parada rociera en la explanada del Alcázar de los Reyes Cristianos, una zona chill-out y un ciclo de animación de calle.

"Cerrar el programa de producciones ha sido fácil. La Noche Blanca ya se conoce y en muchos casos son los propios artistas los que han querido venir a actuar a Córdoba", señaló Candelario. La responsable municipal es consciente de la dificultad de superar el listón de la primera edición: "Está muy alto, pero al menos vamos a intentar igualarlo". La presentación definitiva del cartel se producirá a finales de marzo. De momento, ya es seguro que el número de artistas superará al de la primera edición, que fue 577.

Entre otros aspectos, los organizadores quieren reforzar en esta segunda edición la implicación del sector hostelero (con objeto de que haya más establecimientos que abran sus puertas a lo largo de la madrugada y se sumen a la celebración colectiva del arte, la cultura y la convivencia) y la potencialidad turística del acontecimiento. De hecho, a partir de la presentación de la programación completa la ciudad se llenará de elementos promocionales de La Noche Blanca, con objeto de que los turistas que visiten Córdoba en la Semana Santa y en mayo encuentren un nuevo motivo para volver a la ciudad el fin de semana del 20 y 21 de junio.

La Noche Blanca del Flamenco celebró su primera edición el 21 y el 22 de junio de 2008. Chambao (que actuó en la avenida de República Argentina), El Pele (Patio de los Naranjos), Diego El Cigala (plaza de la Corredera), Antonio Fernández Díaz Fosforito (Teatro de la Axerquía) y Manolo Sanlúcar (plaza de las Tendillas) fueron algunos de los protagonistas junto a Paco Cepero, Israel Galván, Luis de Córdoba, Miguel Poveda, José El Francés, Montse Cortés, La Tana, Paco Serrano, Julián Estrada, Alberto Lucena, Rafael Ordóñez, Joaquín Garrido, El Toto, Susana Raya y la diseñadora Juana Martín. La ciudadanía reaccionó con entusiasmo ante una nueva propuesta cultural con la que Córdoba se sumaba al mapa de las noches blancas europeas.