Cultura

Reina María Rodríguez desecha la literatura como "imagen de la nación"

  • La autora cubana inauguró oficialmente el festival con una conferencia en la que hizo un repaso a la situación de la poesía en su país a través de un discurso emotivo en el que recordó a otros escritores

La poeta cubana Reina María Rodríguez fue la encargada ayer de inaugurar oficialmente Cosmopoética con un discurso en el que cuestionó la situación de la literatura en la isla de Cuba, donde a lo largo de los siglos, ésta ha estado unida al concepto de "imagen nación". "Cuando otros trataron de desembarazarse de una apreciación histórica engañosa o de la tradición, nosotros estábamos embaucados por el manto de la Historia", apuntó Rodríguez ante un foro abarrotado y atento.

Desde el siglo XIX los escritores cubanos han tenido una deuda con su país, un "deber patriótico" y a la vez una forma obsoleta de narrar la historia de la literatura. Este arte "debe retroactuar con el exilio de aquí y ahora, en el espacio de la cotidianidad", explicó. Fiel a estas reivindicaciones, la escritora ha sabido crear un lenguaje directo y conversacional en el que se conjuga la vida íntima y la voz de la historia.

En la inauguración, que fue presentada por Rosa Aguilar y por el poeta Carlos Pardo, estuvieron la mayoría de los poetas que durante esta recta final del festival van a participar en alguna de las actividades de Poetas del mundo en Córdoba. Aguilar resaltó la trayectoria y los reconocimientos que ha obtenido Rodríguez, describiéndola como una de las figuras más representativas e importantes de la literatura cubana e hispanoamericana actual.

Bajo el título Prendida de alfileres, en referencia a Virginia Wolf, Rodríguez ofreció un discurso emotivo y cercano en el que recordó a muchos poetas y abogó por un discurso más libre por parte algunos autores cubanos, que tradicionalmente han mantenido sus textos dentro de lo aceptado por el Régimen: "Las palabras que no se leen, las que no se encuentran comprometidas por un discurso oficial, las que escapan a lo instituido, ¿dónde han estado realmente?".

La incomunicación de los cubanos y el embargo que sufre la isla también llega al terreno literario. Rodríguez narró cómo para los cubanos es casi imposible conseguir un libro e informarse de los estilos actuales, ya que los periodos literarios, las modas, las revistas y los libros llegan a la "Isla afortunada" con 10 ó 20 años de retraso.

"Lo que ocurre en el caso de los poetas cubanos es que reciclan lo que el mundo ya degustó, y lo hacen con los residuos, lenguajes, pensamientos y filosofías pasadas", argumentó. Esto los lleva a realizar un constante reciclaje o "refrito" de lo que les llega del exterior, constituyendo así un "lenguaje contaminado como única trampa o salvación". Rodríguez describió a los poetas cubanos como "poetas buceadores", por las circunstancias de la isla, del exceso de mar que crea una atmósfera de encierro y de transgresión constante.

La poeta comenzó y finalizó haciendo referencia a su madre, costurera de oficio, y asemejando el arte de la poesía con la necesidad de vestir los cuerpos; una con ropa, y otra con la poesía. "¿Qué hacemos sino volver y volver sobre las puntadas de un largo hilván?".

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