Crítica de Flamencocine

Melódico y armonioso recital de un flamenco

Marcello Fonte ganó el premio al mn 'Dogman'.

Marcello Fonte ganó el premio al mn 'Dogman'. / jordi vidal

En fecha tan señalaíta como el Día Internacional del Flamenco, se celebró otro siempre celebrado reencuentro con Arcángel, artista que por estos pagos puede considerarse asiduo y, desde hace unos días, más familiar por ser el estrenado director de la Cátedra de Flamencología Agustín Gómez de la Universidad de Córdoba. Desde aquí, pongamos de manifiesto nuestro voto y sincero deseo para que esta etapa profesional se compadezca con la feliz trayectoria del destacado cantaor onubense que, a la sazón, acababa de ser premiado con el Grammy Latino por Al Este del Cante como mejor álbum de flamenco. Y, originando esta reseña, su Abecedario Flamenco, el recital que ofreció el pasado viernes en el remozado Gran Teatro de Córdoba, donde como siempre nos satisfizo junto a la poderosa escolta de músicos flamencos que le rodearon.

El resultado de tal comparecencia fue el esperado, poniendo en juego sus vastos conocimientos así como los recursos que le propicia su musical instrumento canoro, consiguiendo que el repertorio elegido se correspondiese con tal Abecedario Flamenco, recurriendo a palos por él recreados -éxitos de sus originales intérpretes-, colgados en las redes sociales y que a la presente han contando con el beneplácito de sus seguidores para incluirlos en el concierto de la noche, que en Arcángel parecerán fáciles y que no es otro mágico poder que su envidiable profesionalidad y oficio, catapultado al rango que lo distingue. Todo ello, como respuesta a una entrega a su trabajo, que no un milagro, para conseguir que quien se tiene por profesional no eluda, como tantos que quieren ser en esta dedicación, y no acaban de entenderlo. Cuánto nos gustaría a los aficionados a este noble arte musical ver que muchos de los que ahora comienzan no perdiesen de vista tal directriz.

A la que se entregó Arcángel, con espectacular alarde como el de Morón y Gutiérrez con sus instrumentos de las seis cuerdas, y los no menos merecedores de elogios como el resto de los presentes en el escenario, aplicándose para darle juego a cantes como las seguiriyas recordando a Camarón y a El Torre, incorporando y deleitando con las bulerías Nuevo día y Dime, Dime de Lole y Manuel, cantiñas gaditanas, conjugando con otros como la Canastera de Camarón, bamberas, Tras un amoroso lance de Estrella Morente, por soleá de Jerez y la de Sellés Que toquen arrebato, no digamos recreándose por levante, como con una serie de intercaladas bulerías, apuntes de cantiñas cordobesas, tientos y tango. Y agradecido, se despidió con Aire, bulerías de Mercé -todos con sus correspondiente arreglos- encarando el broche final. Derroche de registros, poder, melodía y buen gusto, siempre esperados en el choquero, que entusiasmaron desde el principio al respetable que ocupó el foro, recién restaurado.

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