Mapa Mundi | Crítica

Erupción de un artista de máxima expectación

Manuel Moreno Maya 'El Pele', en uno de los cantes de 'Mapa Mundi'.

Manuel Moreno Maya 'El Pele', en uno de los cantes de 'Mapa Mundi'. / Laura Martín

Continuando con la programación paralela del XXII Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba y celebrando el Día del Flamenco, este sábado Manuel Moreno Maya El Pele presentó Mapa Mundi en el Gran Teatro. Estreno precedido por una poética declaración de intenciones en los folletos de mano entregados sobre este montaje-recital flamenco, recreándose en el vasto repertorio que tiene a bien ampliar, gracias al bagaje del ensolerado buqué cantaor que el gitano posee.

Y, desde luego, mecido y acomodado en la lujosa cohorte de reconocidos aristócratas flamencos que le escoltaban, con la prestigiosa batuta de Évora, elevando el nivel que desde el comienzo subyugó al contingente de cabales aposentados en el foro con tan expectante velada.

Cantes por martinete, malagueñas de La Trini y abandolao de Lucena, liviana, cantiñas de Cádiz y Córdoba, hermosas tandas de tonás dándole pie, en la primera salida, a la danza de Pastora, vidalita muy sui géneris, soleá de concierto, Alcalá, Utrera, La Serneta y Triana con Dani de Morón, extensa colección de bulerías y seguiriyas de Triana rematando para la despedida con todo el elenco en escena.

Así, incorporó emociones que suenan al sabroso historial de tantas vivencias flamencas que este prematuro cantaor, desde muy niño, protagonizaba en cuantos rincones y ambientes tabernarios frecuentaban los aficionados cordobeses, acoplándose por ello con todo el descuidado desdén con el que se buscaba la precaria vida de aquella época, ya superada.

Un agitado historial flamenco trazando el relieve del Mapa Mundi que en el actual siglo llevamos tiempo cruzando y trasladando a la actualidad. Expuso su naturaleza en un emocionante recital que puso al aforo en vilo; con el de San Pedro concediéndose sabias licencias para romper esquemas preconcebidos, pero dentro del trazado personal que lo identifica con el panorama en el que el personaje Pele se reconoce ejerciendo su oficio.

Esto le hizo crecerse y que sus sentimientos transmitieran jondura como cada cual quiera recoger del venero flamenco que fluye del artista. Fue lo percibido el pasado sábado, dejándonos la esperanzadora sensación de haber hallado, por fin, al artista de primera fila que con su ilimitable eco de voz sobrevuela “quebrando el azogue de los espejos”.

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