Cultura

Mafalda vuelve a su barrio de Buenos Aires

  • La capital argentina homenajea al dibujante Quino con una escultura de su personaje a escasos metros de donde vivía.

Mafalda, la protagonista de la tira cómica argentina más internacional, regresa este domingo en forma de escultura al lugar en el que estaban ambientadas sus aventuras, el mítico barrio de San Telmo de la ciudad de Buenos Aires.

A escasos metros del portal de la calle Chile en el que vivía su creador, Joaquín Salvador Lavado, Quino, una estatua de 80 centímetros permanecerá sentada en un banco blanco en homenaje al dibujante y con la intención de impulsar todavía más el interés turístico de la zona.

Aunque como explicó el creador de la escultura, Pablo Irrgang, existía el "mito urbano" de que ése era el barrio de Mafalda, hasta ahora no había ningún elemento externo que hiciera referencia a ello.

La idea de identificar de alguna manera la conocida como "casa del mito" surgió hace cuatros años en un página de fans de internet, en la que proponían colocar una placa de identificación junto al portal, propuesta que se convirtió en un proyecto formal del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

Con la intención de homenajear a Quino, propusieron a Irrgang que diera vida tridimensional a aquella niña fanática de los Beatles, que aborrecía la sopa y que anhelaba la paz mundial.

La idea inicial se refería a una figura a mayor escala, pero al escultor, Mafalda le producía una idea de proximidad, por lo que optó por una estatua "humanizada", en un tamaño más parecido al que sería el de una niña de su edad.

Ataviada con una chaqueta verde, la escultura de 80 centímetros fue primero modelada en arcilla y, posteriormente, se le colocó un molde de silicona sobre el que Irrgang copió con resina de epoxi y fibra de vidrio, materiales muy resistentes apropiados para una obra instalada en la vía pública.

Aunque teme posibles actos de vandalismo que dañen la escultura, confía en que "despierte los mejores sentimientos y no los peores", apuntó su creador.

Quino, que durante el acto de inauguración de la estatua recibió la primera de las 200 medallas que la ciudad de Buenos Aires va a entregar a personajes ilustres, con motivo de la celebración el próximo año del bicentenario del inicio del proceso de independencia del país, también espera que nadie quiera dañarla.

El dibujante, que ha aprovechado el homenaje para hacer una escapada de su vida en Italia, donde reside desde hace años, se mostró orgulloso del reconocimiento, pero confesó que le cuesta "bastante" que se pase a Mafalda a una dimensión tridimensional.

Lo que le apena es que no se haya podido poner la estatua en la vereda del portal, donde la protagonista de la historieta se sentaba a cabilar sobre el mundo, pero las características del lugar no lo han permitido.

También le hubiera gustado ver a Mafalda en el portal a Alicia, inquilina del edificio, de las pocas que quedan que convivió como Quino y su esposa, además como vecina de puerta en el décimo piso.

No obstante, aseguró que le parece bien que se le haga este homenaje, porque le parecía una "muy buena persona", aunque reconoció que antes de saber a lo que se dedicaba se preguntaba qué hacía siempre metido en su departamento.

Nicolás Ruibás, de 24 años, vecino también del edificio, es uno de los impulsores del proyecto, y explicó que decidieron optar por la escultura en vez de una placa por hacer algo "icónico, más colorido", y que ha sido "muy bien" aceptado por quienes allí viven.

Aunque por su juventud no coincidió en el bloque con Quino, aseguró que cuando uno se muda al edificio es lo primero que le cuentan.

A partir de ahora, tanto los turistas como los locales que paseen por la calle Chile, en su cruce con Defensa (famosa por la feria que todos los domingos atrae a miles de personas), podrán sentarse y fotografiarse junto a la niña, cuyas andanzas fueron traducidas a más de treinta idiomas y que, varias décadas después, todavía siguen vigentes.

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