Cultura

Joël Dicker disecciona la sociedad de EEUU en 'La verdad sobre el caso Harry Quebert'

  • Alfaguara publica una de las sorpresas literarias de la temporada, que ha sido traducida a 33 lenguas

Una novela de aprendizaje trenzada con los mimbres de un thriller. Es la definición que de La verdad sobre al caso Harry Quebert hace su autor, el suizo Joël Dicker, quien a sus 28 años recién cumplidos es ya un fenómeno planetario con esta obra ambientada en Estados Unidos y traducida a 33 lenguas.

Protagonizado por Marcus Goldman, un joven escritor que se enfrenta al síndrome de la hoja en blanco tras un primer y arrollador éxito editorial, este monumental y crítico retrato de la sociedad estadounidense "no es en absoluto autobiográfico", aclara Dicker, que ayer estuvo en Madrid promocionando su novela.

La edad y la "determinación" son los dos únicos puntos en común entre el protagonista y su autor, licenciado en Derecho de origen francés y ruso, que ganó el Premio Goncourt de los Estudiantes y el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa 2012 con esta obra de más de 600 páginas. Un libro que Dicker empezó con la idea de que fuese una novela de suspense y fue evolucionado hasta convertirse en lo que es: "una mezcla de géneros, pero un libro de aprendizaje en el fondo".

Editada por Alfaguara, que se hizo con los derechos para la publicación en español en España, América Latina y Estados Unidos en una reñida puja, La verdad sobre el caso Harry Quebert parte, como cualquier buena novela policiaca que se precie, de un crimen.

Y tres décadas después, coincidiendo con los meses previos a la elección presidencial que llevaría a Barack Obama a la Casa Blanca, aparece el cadáver de Nola Kellergan, una compleja Lolita, en el jardín de Harry Quebert, exprofesor y único amigo de Marcus Goldman, quien dedicará todas sus energías a tratar de exculpar a su mentor.

Para Dicker, un libro "debe conseguir transportar" al lector, arrancarle de la realidad, "y más ahora, que con la crisis la moral está baja"; por eso su único objetivo es "dar placer" con su escritura, que para él es, dice, "una forma de libertad".

Adictiva, la novela de Dicker alterna las épocas (desde los años 50 del siglo XX hasta 2009), los tipos de escritura (informe policial, transcripción de una entrevista, articulo de prensa, extracto de una novela...) y los puntos de vista de los personajes, con múltiples ángulos y continuos giros inesperados.

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