Cultura

Guillermo del Toro: "La terquedad sostenida se convierte en estilo"

  • Tras ganar el Oscar con 'La forma del agua', el director visita el Festival de Málaga, donde impartió ayer una 'masterclass'

  • "Financiar mis películas es un acto de fe", asegura el creador

Guillermo del Toro, ayer, durante la 'masterclass' que impartió en el Festival de Cine en Español de Málaga.

Guillermo del Toro, ayer, durante la 'masterclass' que impartió en el Festival de Cine en Español de Málaga. / marilú báez

El director mexicano Guillermo del Toro recibió ayer el Premio Málaga del Festival de Cine en Español e impartió una masterclass en el marco del certamen, entre una más que previsible expectación. Este reconocimiento se suma a una larga lista y a una carrera de más de veinte años que llegó a su cima hace unas semanas con su cinta La forma del agua, que consiguió cuatro estatuillas en los Oscar: mejor película, director, música y diseño de producción. Siempre se ha decantado por el género fantástico, que resume al afirmar que para él "siempre ha existido un aspecto espiritual del monstruo que no cambia", dijo ayer el cineasta, que compartió unos momentos con diferentes medios de comunicación horas antes de impartir su clase.

Aquí explicó que ganar el Oscar le sorprendió de manera "hermosa, espiritualmente", en una experiencia que recomienda vivir. "El momento clave para mí es cuando viene el premio de director que es el que me afecta más y subes al escenario, vas viendo el público y ves un mar de caras que es como un catálogo de cine", detalló, al tiempo que reveló que a nivel personal era la primera vez que su padre entendió su oficio. "Creo que nunca lo había comprendido y el Oscar le ayudó a hacerlo. Mi padre lo cogió y vi en su cara una sonrisa y que entendió algo", afirmó.

Lo heterodoxo no se quita con nada, no hay vitamina C para eso. Es la manera en la que te relacionas con tu labor"La única manera en que podemos volver a encarrillar la 'psique' es a través de narrativas no desechables"

La experiencia de ganar el mayor premio del cine aseguró que apenas le ha cambiado. "Creo que lo heterodoxo no se quita con nada, no es grima. No hay vitamina C para eso. Es la manera en que te relacionas tú con tu quehacer", precisó al respecto. "Lo que es muy hermoso es que en 25 años llegues a esto con una coherencia, porque la terquedad sostenida se convierte en estilo. Yo te puedo decir que financiar estas películas es un acto de fe y requiere muchísima terquedad. Y ahora, llegar ahí con una película que costó tres veces menos de lo que un presupuesto… y llegar ahí con una película de un género con una sordomuda, un dios del río, eso sí es muy satisfactorio, eso sí te cambia", continuó.

Además, el director defendió que en el cine hay que mantener los principios propios: "No puedes permitir cambiar tus instintos, tienes que seguir con tu instinto por bizarro que sea", argumentó, al tiempo que resaltó que "lo importante es tener raíces y tener pasaporte". Del Toro también compartió su visión sobre la industria cinematográfica, de la que opinó que se basa en muchos mundos distintos, que no es una sola, puesto que hay multitud de opciones, como lugares donde filmar o el presupuesto a elegir. "Hay mil maneras de hacerse y mil maneras de verse. Por ejemplo, para mí hay películas que se han visto mucho menos que otras pero que son más íntimas para mí y la relación con el público es muy íntima", apuntó en este sentido. "Cine hay tanto que si alguien más está haciendo las películas que quieres hacer no será tan urgente hacerlas, pero hay que hacer las que te urge ver, porque nadie más las está haciendo", concluyó al respecto.

Por otro lado, valoró que en la actualidad "estamos en un momento casi postnarrativo a nivel humano", en referencia al presidente Trump y el auge de la posverdad, las noticias falsas y la información como bien de consumo. "Eso curiosamente hace que narrativamente nuestro oficio -todos los narradores, periodistas, escritores, directores de cine, de la industria de los que nos encargamos de vertebrar historias-, nunca ha sido tan urgente y tan importante como ahorita", valoró. "La única manera en que podemos volver a encarrilar la psique a nivel mundial es a través de narrativas que sean no desechables, no del momento, no de oportunidad, sino que vaya en ello todo lo que eres tú", sugirió el cineasta.

"La ideología se está metiendo en espacios cada vez más estrechos, de división. Que cada vez hay más dramas mayores para decir 'nosotros y ellos' de manera absolutamente demoledora y nada más estamos nosotros", continuó. Por estos motivos Del Toro decidió realizar La forma del agua, "una canción" que le urgía hacer porque sentía un "empalago, una sofocación". "Recibimos -y esto es parte de todos los medios- muchísima más información de la que podemos procesar emocionalmente, y eso lleva a una necesidad de solución mucho más rápida, y queremos que las historias salgan un lunes y el miércoles haya una decisión, así es la velocidad social que existe", apuntó en referencia al reciente conflicto entre la plataforma Netflix y el Festival de Cannes, del que abogó por la reflexión y la diplomacia. "Creo que es un momento muy crucial lo que está pasando, porque estamos con una forma de entrega, de contenido audiovisual, de una forma artística que ocupa el mismo espacio y se necesita realmente un diálogo más que una dicotomía", señaló.

Tras triunfar en los Oscar, Del Toro está inmerso en un año sabático que decidió tomarse al acabar La forma del agua, aunque tiene pensado tres proyectos: "uno muy grande, otro raro y otro más raro". Para el director nada de lo que ocurre en la vida "es accidental". El "peregrinaje" que realizó después de los premios consistió en volver a casa, con sus padres, a su ciudad natal, a hablar con estudiantes, presentar un documental y regresar con su productora, además de viajar hasta Bruselas para un festival de cine fantástico y cerrar el círculo al visionar su primera y su última película. En ese momento se dio cuenta de que "en las dos hay un personaje central femenino que podría ser la versión adulta del otro. Mis películas dicen que hay que amar al monstruo, haga lo que haga".

Uno de esos viajes de vuelta fue con el cine español, que considera un hogar. "Ayer fui a Granada, a la Alhambra, pero también fui a El Corte Inglés, a comprar dvds y blu rays", resaltó. Concretamente adquirió Tarde para la ira, Verano 1993, El hombre de las mil caras y La estanquera de Vallecas. Su relación con España siempre ha sido fuerte y mantiene bastantes amistades con sus profesionales cinematográficos. Uno de ellos es el director Juan Antonio Bayona, al que el Festival de Málaga ha dedicado el Premio Retrospectiva de este año, del que Del Toro opina que es "una máquina de hacer películas". También dirigió unas palabras al director Milos Forman tras la noticia de su fallecimiento: "La muerte de Forman es la muerte de uno de los grandes, hay un vacío muy grande porque era un hombre que no sólo era un gran cineasta a nivel narrativo, creativo y artístico. Su puesta en escena, su puesta en cámara, su resolución formal era siempre absolutamente impecable, de un oficio increíble, de una enorme coherencia."

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