Cultura

El Gran Teatro cierra su temporada escénica con 'Hay que purgar a Totó'

  • Nuria Espert, Jordi Bosch y Gonzalo de Castro protagonizan la obra, una de las más disparatadas y brillantes farsas conyugales del francés Georges Feydeau

El Gran Teatro cierra este fin de semana la temporada teatral con una hilarante farsa del dramaturgo francés Georges Feydeau, Hay que purgar a Totó, un montaje que tiene como principales protagonistas a Nuria Espert, Jordi Bosch y Gonzalo de Castro. Completan el elenco Tomás Pozzi, Ana Frau, Carmen Arévalo y Manuel Millán. El espectáculo estará en cartel esta noche y mañana, ambos días a partir de las 21:00.

La actriz Nuria Espert se pone de nuevo a las órdenes del director Georges Lavaudant para abordar un género hasta ahora nunca interpretado por ella: el vodevil, la farsa, una aventura de la que, según la crítica, ha salido enriquecida como intérprete. Para este reto ha sido elegida una obra escrita por Feydeau, autor poco conocido en España pero uno de los más grandes representantes de la comedia popular francesa del siglo XX.

Hay que purgar a Totó (On purge bébé!), escrita en 1910, es una muestra del estilo tardío de Feydeau y se trata de una de las más disparatadas y brillantes farsas conyugales de este autor, verdaderas diatribas sobre el fracaso matrimonial. En la obra, el señor Follavoine (Sebastián Rebollo en la versión española) es un fabricante de porcelana que quiere obtener la adjudicación de una línea de orinales irrompibles con destino al ejército francés. Para ello recibe al funcionario encargado de las compras, el señor Chitín, pero las estratagemas que urde para cerrar el negocio le reservan sorpresas inesperadas. Y todo porque el pequeño de la casa se niega a tomar un purgante que la madre, Julia, quiere que beba por encima de todas las cosas.

Estrenada en abril de 1910 en el Theâtre des Nouveautés de París con gran éxito de público y crítica, On purge bébé! es una creación característica de la última etapa de Feydeau, de sus últimas obras en un acto en las que lo cómico descansa menos sobre las fórmulas clásicas del vodevil (resurgimientos, confusiones y gazapos) y más sobre el retrato de los protagonistas. Al igual que en las farsas medievales, lo cómico surge de situaciones y de personajes estereotipados, del recurso a los accesorios, de los juegos de palabras obscenas. Hay también una disección sin piedad de todo el abanico de los vicios atribuidos a los pequeñoburgueses: la mediocridad, la mezquindad, la soberbia, la incultura y la hipocresía. El matrimonio formado por el señor Rebollo y su esposa refleja todas esas taras: son ignorantes, hipócritas... La salvación podría estar en los niños, pero el papel de Totó, tan egoísta y mentiroso como sus padres, no logra mejorar la situación, e incluso es él el que desencadena todos los incidentes al negarse a tomar el laxante.

El montaje que podrá verse en Córdoba es una producción del Teatro Español de Madrid estrenada en diciembre de 2007. Desde marzo está en gira por los escenarios del resto del país.

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