Cultura

La poeta Francisca Aguirre obtiene el Premio Nacional de las Letras

  • El jurado señala a la autora alicantina como la voz "más machadiana" de la Generación del 50

La poeta alicantina Francisca Aguirre obtuvo ayer el Premio Nacional de las Letras 2018, entre otros motivos por ser su poesía, según destacó el fallo del jurado, la "más machadiana" de la Generación del 50 en su balanceo entre dos ejes fundamentales: la conciencia y la memoria. El premio, concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte, está dotado con 40.000 euros y distingue el conjunto de la labor literaria, en cualquiera de las lenguas españolas, de un autor español, cuya obra esté considerada como parte integrante del conjunto de la literatura española actual.

A Francisca Aguirre, más conocida por sus amigos y entre los lectores de poesía como Paca Aguirre, le ha enorgullecido la consideración del jurado porque Antonio Machado es para ella "el primero entre los dioses literarios", según explicó después de conocer la concesión del galardón, que le llega siete años después de obtener el Premio Nacional de Poesía por su obra Historia de una anatomía (2010), que le valió también el Premio Miguel Hernández.

Su obra oscila "entre la desolación y la clarividencia, entre la lucidez y el dolor"

Porque Francisca Aguirre sigue leyendo a Machado cada vez que se siente "nerviosa por algo". "Lo leo media hora y ya estoy como una rosa", afirmó la escritora, cuya obra obra tiene un tono -señaló el fallo del jurado- "entre la desolación y la clarividencia, la lucidez y el dolor, susurrando -más que diciendo- palabras situadas entre la conciencia y la memoria". "Tiene mucha razón el jurado", consideró Aguirre antes de indicar que precisamente la conciencia y la memoria son los dos "puntales" de su poesía, que seguirá escribiendo "mientras el cuerpo aguante".

Francisca Aguirre (Alicante, 1930), es hija del pintor Lorenzo Aguirre, a quien le dedicó el poemario Trescientos escalones, y viuda del también poeta Félix Grande, que falleció en 2014. Su primer poemario, que obtuvo el premio de poesía Leopoldo Panero, fue Ítaca.

Desde entonces, y con la excepción de la década de los 80, la autora ha continuado publicando su obra de manera ininterrumpida. Además, es autora de los libros de poemas Ensayo general (Premio Esquío 1995), Pavana del desasosiego (Premio María Isabel Fernández Simal 1998), Ensayo general. Poesía completa 1966-2000, un tomo con todos los libros de poemas escritos hasta el año 2000 que obtuvo un año después el Premio de la Crítica Valenciana al conjunto de una obra, y Nanas para dormir desperdicios (Premio Alfons el Magnànim 2007). Es también autora del libro de relatos Que planche Rosa Luxemburgo, por el que consiguió el Premio Galiana en 1994 y del libro de recuerdos Espejito, espejito. Sus obras han sido traducidas al francés, italiano, portugués y árabe.

El jurado del Premio Nacional de las Letras ha estado presidido en esta edición por Olvido García Valdés, directora general del Libro y Fomento de la Lectura además de poeta también de larga trayectoria; y como vicepresidenta ha actuado Begoña Cerro, subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas. Además, formaron parte de él José Manuel Blecua, en representación de la Real Academia Española, José Luis Vicente Ferris (de la Asociación Colegial de Escritores de España), Francisca Noguerol (Asociación Española de Críticos Literarios), la catedrática de Literatura Española Aurora Egido y, entre otros nombres, la ganadora del galardón en la edición de 2017, la periodista y novelista Rosa Montero.

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