Cultura

"Córdoba no se puede visitar en un solo día"

  • La Mezquita, las callejuelas de la Judería o la Semana Santa forman ya parte del imaginario de esta italianal desde verona Serena Sandrini, de 28 años, llegó a la ciudad en 2003 para completar un curso de español en Ucoidiomas; luego volvió como Erasmus.

En el verano de 2003, Serena Sandrini vino a Córdoba procedente de la ciudad italiana de Verona, la histórica localidad donde Romeo y Julieta vivieron uno de los romances más famosos de la literatura. La intención de Sandrini, de 28 años y en aquel momento estudiante de Lengua y Literaturas Extranjeras, era completar un curso de español en Ucoidiomas. Conforme avanzaron los días, sin embargo, empezó a vislumbrar que su futuro podría estar ligado a la ciudad de la Mezquita: "Me encantó Córdoba, es preciosa. Pensé en establecerme y ahora me siento como si siempre hubiera vivido aquí", revela.

Después de aquel verano, Sandrini aprovechó una beca Erasmus y regresó a Córdoba para finalizar sus estudios. Y, el pasado mes de marzo, decidió centralizar aquí su vida tras encontrar trabajo como recepcionista en un hotel del casco histórico. Tales son los vínculos que Sandrini urdió, que decidió realizar su tesis doctoral sobre la ciudad. "Me ha dado mucha satisfacción. Córdoba no es una ciudad muy conocida en Italia y es una pena, porque es preciosa. Se conocen Sevilla y Granada. A mí me la recomendó un amigo".

En un primer momento, a Sandrini le llamaron la atención "la Judería, las callejuelas, las tiendecitas, el calor...". Luego descubrió la Semana Santa: "Me gusta mucho ver los pasos. La primera vez fue muy impactante. En Italia, en el Sur, también se celebran algunas procesiones, pero no son como las de aquí", cuenta. También descubrió el Mayo Festivo, con el jaleo de las Cruces y la belleza autóctona de los patios.

Debido a su trabajo, Serena Sandrini está acostumbrada a tratar con los turistas. Sus recomendaciones son: "Visitar la Mezquita, la Judería, el Julio Romero de Torres y barrios como San Pedro, San Lorenzo o San Basilio". En su ruta también hay que visitar Las Tendillas y las calles comerciales y, cómo no, la Calahorra y el Puente Romano. "Hay mucho que ver, Córdoba no se puede visitar en un solo día", asegura.

Sandrini también es una enamorada de la gastronomía local, sobre todo del rabo de toro y del pisto. A veces, sin embargo, echa de menos los sabores de su tierra como el arroz con cerdo y, sobre todo, los canelones. "No tienen nada que ver con la comida italiana que se prepara aquí. Lo que falla es que los restaurantes no tienen horno de madera, por lo que el sabor es diferente. Es como si un italiano intentara hacer salmorejo sin tener todos los ingredientes".

Su Verona natal también es una ciudad monumental, habitual en los circuitos turísticos por Italia. De pasado romano y con un halo claramente romántico, sigue atrayendo a los enamorados de medio mundo por ser la cuna de Romeo y Julieta, la desdichada pareja imaginada por Shakespeare. Quien se decida a visitarla, no puede perderse el balcón de Julieta, la Arena, la plaza de la Cierva -donde periódicamente se celebra un mercado de frutas y verduras- o la céntrica plaza de Dante. "Es una ciudad romana y medieval, con unas vistas impresionantes", afirma.

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