En el Museo de Bellas Artes

El Museo de Bellas Artes de Córdoba repasa la obra andaluza del escultor francés Verdiguier

  • La exposición recoge 28 obras del autor: 27 dibujos y un grabado

La delegada de Cultura, Cristina Casanueva, en la exposición.

La delegada de Cultura, Cristina Casanueva, en la exposición.

El Museo de Bellas Artes de Córdoba acoge desde este martes y hasta el próximo 16 de enero la exposición Dibujos de Verdiguier, que recoge 28 obras andaluzas del escultor francés Juan Miguel Verdiguier, que llegó a la ciudad cordobesa tras el terremoto de Lisboa en 1755. 

La muestra recoge 28 obras del autor, concretamente 27 dibujos y un grabado diseñado por el propio artista, con destino a un libro conmemorativo de la construcción del Triunfo de San Rafael junto a la Mezquita-Catedral. 

La exposición permite conocer igualmente los posibles estudios para la segunda esca-lera o para el jardín, escalera y salón de audiencias del Palacio Episcopal de Córdoba. Esta escalera que debió ser proyectada enteramente por Verdiguier, actualmente se conserva completa y se puede visitar en el edificio de la Biblioteca Pública Provincial.

La delegada de Cultura y Patrimonio Histórico, Cristina Casanueva, que ha inaugurado la exposición, ha explicado que Verdiguier es uno de los escultores "más relevantes entre los que desarrollaron su labor en Andalucía durante la segunda mitad del siglo XVIII". 

Entre sus principales intervenciones, se encuentran las realizadas en los púlpitos de la Catedral de Córdoba; la reforma del Seminario San Pelagio; el Triunfo de San Rafael; así como obras en municipios como La Rambla, Luque, Lucena y Puente Genil, mientras que también creó obras para las Catedrales Jaén y Granada. 

Casanueva ha resaltado la relevancia de estas obras para comprender "cómo se concibieron algunas de las principales manifestaciones artísticas y arquitectónicas de la ciudad, gracias, a los fondos de la familia Romero de Torres y al testamento otorgado por el propio Verdiguier". 

Verdiguier estuvo protegido en Córdoba por el obispo Martín de Barcia (1756-71), que trabajó junto a él en el Triunfo de San Rafael junto al río Guadalquivir, el de la plaza de San Hipólito, o los nuevos púlpitos de la Catedral, entre otras obras también de la provincia. 

A partir de 1773, la posibilidad de intervenir en la decoración del sagrario nuevo de la catedral de Jaén hizo que trasladara su residencia a dicha ciudad, desde la que llegó a Granada para trabajar para su principal templo, volviendo a Córdoba al final de su vida para colaborar con la Escuela de Dibujo y Pintura que patrocinaba el obispo prieguense Caballero y Góngora. 

A partir de su establecimiento en Jaén, contó con la especial colaboración de su hijo Luis Pedro, que a su muerte, tuvo también una discreta trayectoria artística individual, fundamentalmente en Granada. 

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