El Museo de Bellas Artes (en colaboración con el Museo Garnelo de Montilla) inauguró ayer la exposición Garnelo, pintor viajero, que consta de 60 obras de pequeño formato, generalmente óleos sobre tabla, que recogen apuntes realizados por el artista en diferentes viajes, especialmente de uno, turístico e intelectual a la vez, llevado a cabo en 1911 para adentrarse en Grecia desde Albania, hasta volver vía Italia.
Durante el mismo, Garnelo pintó numerosas obras que le sirvieron para ilustrar su propio relato cultural, que publicó posteriormente, dando en Madrid alguna conferencia a propósito y haciéndolo imprimir para constancia del futuro. Por tanto, el pintor iba allí para aprender para completar su formación y luego poder verter su magisterio.
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