Localidades agotadas en el Gran Teatro de Córdoba para ver el pasado sábado Los asquerosos, adaptación a escena de la exitosa novela escrita por Santiago Lorenzo en 2018.

La historia nos presenta a Manuel, quien tras herir accidentalmente a un policía antidisturbios y, por consejo de su tío decide escapar de la ciudad por temor a ser condenado. La huida le llevará a una aldea abandonada de las tantas que existen en nuestra geografía y su aislamiento solo se ve interrumpido por las conversaciones telefónicas que tío y sobrino mantienen.

En el trascurrir del tiempo, Manuel aprenderá paulatinamente a sobrevivir con menos, en soledad descubrirá como por cada cosa que prescinde sentirá mayor libertad y con esta vida sencilla será feliz. Pero el idilio de este Robinsón con la España vaciada lo desbaratarán un grupo de “mochufas” (así los denomina él) al instalarse en la casa de al lado: vecinos urbanitas infestados de tecnología y sobrepeso que cada fin de semana invaden la aldea para contaminar el ambiente con sus inmundas pequeñeces. Tras descubrir que la investigación de la agresión al policía quedó cerrada y otro pequeño “accidente doméstico” en la casa de los mochufas, Manuel decidirá retornar a su misantropía alejado de todo, incluso de su tío.

Jordi Galcerán y Jaume Buixó firman la adaptación del texto original de la novela de Lorenzo Santiago y logran superar la prueba con nota. La narrativa extensa y rica en lenguaje usada por Lorenzo se transporta a conversaciones que Tío y sobrino mantienen sobre la escena. Para lograr la convención teatral el resto de equipo artístico se emplea a fondo.

La escenografía giratoria y modular de Alessio Meloni junto a la iluminación de Juan Gómez Cornejo y Pilar Valdemira combina a la perfección para adentrarnos en los espacios que ambos protagonistas comparten paralelamente sobre las tablas.

David Serrano se hace cargo de encajar todos los elementos y acompaña con buen criterio en su dirección a la pareja de actores consumados que por fortuna dispone para interpretar la obra. Miguel Rellán regala un personaje repleto de humanidad y sin necesidad de alzar la ceja se gana la simpatía del público. Secun de la Rosa nos deleita con el hábil manejo que ostenta para trabajar textos complejos enfundado en personajes sencillos e ingenuos. Ambos se convierten en magníficos transmisores para encarnar el particular humor de Santiago Lorenzo y se ganaron la ovación del público asistente.

Rural. Un concepto que la gente de ciudad han transformado en ocio a costa de llevarse los todos los trastos al campo para recrearse en las vistas y respirar aire fresco. De una manera u otra hay que pasar el rato. Disfrutemos de la escapada mientras tengamos cobertura.