Estreno

Batman se enfrenta a las tinieblas en 'El caballero oscuro'

  • Christopher Nolan vuelve a dirigir a Christian Bale en la continuación de 'Batman begins', que enfrenta al hombre murciélago a Joker.

Hay quien dice que es la mejor película de la historia, quien augura que batirá el récord de Titanic como filme más taquillero de todos los tiempos, e incluso quien se regodea en la mala fortuna que acompaña desde hace meses al equipo y al reparto para tildarla sin ambages de título maldito, pero lo único cierto es que El caballero oscuro es más que otra película basada en un cómic.

De nuevo con Christopher Nolan al frente y con Christian Bale tras la máscara, El caballero oscuro continúa la historia de Batman begins, con Bruce Wayne luchando como Batman contra el crimen que asedia Gotham mientras el nuevo fiscal, Harvey Dent (Aaron Eckhart), combate a los mismos enemigos con la Ley, aunque eso no será suficiente para derrotar a la nueva amenaza que se cierne sobre la ciudad, Joker (Heath Ledger), un criminal letal al que no mueven ideales u objetivos. Sólo le guía su desmedido afán de destrucción, de acabar con todo y con todos, no importa si también supone su propio fin.

La más esperada

La expectación acompaña a la producción desde su inicio, sobre todo después de que Batman begins disipase los miedos de unos fans acostumbrados a adaptaciones no demasiado satisfactorias de su héroe a la gran pantalla. Hay división de opiniones sobre las dos entregas que dirigió Tim Burton (con Michael Keaton como Batman y Jack Nicholson en el papel de Joker) y la primera de Joel Schumacher (Batman forever, con Val Kilmer), pero casi todo el mundo está de acuerdo en que Batman y Robin (también de Schumacher y con George Clooney) es nefasta. Con estos antecedentes, los seguidores del hombre murciélago no acudieron demasiado confiados a las salas, hace tres años, para ver de nuevo a su héroe.

Pero no había razón para el temor. Batman begins ofrecía exactamente lo que prometía su título: el comienzo de una nueva etapa en el relato cinematográfico del héroe, alejada del colorismo de las anteriores versiones y con una oscuridad que bebía directamente del espíritu y el tono de una de las series de cómics sobre el personaje más aclamadas, Batman: Año Uno, de Frank Miller.

El título de este filme, el primero que no lleva el nombre de Batman, remite a otra de las obras maestras de Miller, El regreso del caballero oscuro, que, si bien no ha servido de base para el guión, sí que ha inspirado ciertos pasajes e ideas, como que Batman y Joker no son más que las dos caras de una misma moneda.

El reparto

Sus muchos defensores dicen que lo más flojo de la historia es precisamente el Batman al que encarna Christian Bale, pero aparece tan bien arropado en la pantalla que eso no importa demasiado. Como en Batman begins, a Batman le acompañan a este lado de la Ley dos colosos como Michael Caine y Morgan Freeman, el primero como su fiel mayordomo Alfred y el segundo como Lucius Fox, responsable del arsenal del héroe. En su cruzada contra el crimen cuenta también con el apoyo del último policía honrado de Gotham, Jim Gordon (Gary Oldman), y la bella ayudante del fiscal y novia intermitente Rachel Dawes (Maggie Gyllenhaal, que sustituye a una Katie Holmes que alegó “problemas de agenda” para no repetir).

Rachel trabaja para el nuevo fiscal de la ciudad, Harvey Dent (un papel por el que pugnaron Matt Damon, Ryan Phillippe, Hugh Jackman y Liev Schreiber pero que se acabó llevando Aaron Eckhart), que se propone limpiar Gotham de la escoria que, lejos de disminuir, parece haberse multiplicado desde la entrada en escena de Batman. Si el álter ego de Bruce Wayne es el caballero oscuro, cada vez más cerca de convertirse en un justiciero y no en el héroe que pretendía ser, Dent es el caballero blanco, un popular y tenaz adalid de la Justicia, aunque todo eso cambia tras un suceso que conocen bien los seguidores del cómic, aunque la productora no ha difundido imágenes sobre esa transformación.

Pero la estrella de la película no es él, ni siquiera Batman, sino Joker, un personaje al que Heath Ledger ha desprovisto de toda caricatura (nada que ver con el Joker de Nicholson) para hacer de él la encarnación misma del mal, una suerte de profeta del caos capaz de arrastrar a Batman a las sombras.

El legado de Heath Ledger

Michael Caine ha confesado que la primera vez que le vio transformado en Joker se quedó sin habla. Para preparar su papel vivió solo durante un mes en un hotel construyendo al personaje: su psicología, su modo de moverse y, lo que más le costó, encontrar su voz (algo que, obviamente, se pierde en la versión doblada). Los que ya han visto la película no dudan en pedir un Oscar para Heath Ledger, un premio que no podrá recoger porque murió en enero, a los 28 años, víctima de una sobredosis accidental de medicamentos, poco después de haber roto con la también actriz Michelle Williams, con la que tuvo una hija, Matilda, y a la que conoció precisamente en la película que le catapultó definitivamente a la fama, Brokeback Mountain. Ya había aparecido en El patriota, con Mel Gibson, Destino de caballero, Las cuatro plumas, Los hermanos Grimm (a las órdenes de Terry Gilliam) y hasta había sido Casanova, pero su mayor éxito fue interpretar a uno de los vaqueros homosexuales de la aplaudida cinta de Ang Lee (el otro era Jake Gyllenhaal). Y eso habría sido lo último que recordaríamos de él si no se hubiese cruzado en su camino Joker, el personaje que se ha convertido en su legado.

Récords

Hace poco más de tres semanas que se estrenó y ya ha recaudado, sólo en EEUU, casi 500 millones de dólares. En estos días, a la espera de que se exhiba en muchos países, ha batido varios récords de recaudación que la convierten en seria aspirante a destronar a Titanic como filme más taquillero de la historia. Pero no sólo la taquilla le ha dado su aprobación. Críticos, espectadores y fans se deshacen en elogios hacia una película a la que califican sin matices de obra maestra.

Desde este miércolles podemos comprobar si estamos ante una buena película de acción adornada con una potente y efectiva campaña de marketing o si es, como dicen muchos, un clásico del que se hablará durante generaciones.

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