No es baladí alcanzar esta cifra con los cambios acaecidos y que han supuesto una revolución.

Ya los tenemos dentro, yo creo que también sabéis que esto nos lo podríamos haber ahorrado.

No es lógico normalizar los discursos fascistas y racistas por mucha representación que se tenga.

Cada vez que se acerca el 1 de noviembre me invade una sensación de nostalgia y tradición.

Nos llaméis como nos llaméis, celebraremos, brindando con café, que se haya hecho justicia.

Para quienes no supimos escuchar lo que la vida nos estaba enseñando a través de sus palabras.

Dile a quien te permite usurpar el futuro de mi gente que aquí no te queremos.

Conseguir un golpe de efecto que te haga volver a la rutina y no abandonarte a la nostalgia.

Envidio casi en exceso la capacidad de emprender y de crear de la nada necesidades que no se tienen.

¿Habré pegado yo el estirón y no me he dado cuenta? Creo que me habría dado cuenta.