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Las protestas del Primero de Mayo finalizan en Turquía con 505 detenidos

  • Enfrentamientos con la policía, un número indeterminado de heridos y al menos 505 personas detenidas es el saldo de las movilizaciones sindicales en Estambul

Las celebraciones del Primero de Mayo en Estambul desembocaron en enfrentamientos con la policía, un número indeterminado de heridos y al menos 505 personas detenidas. De acuerdo a los datos de la Confederación de Sindicatos de Empleados Públicos (KESK), la cifra de detenidos alcanzaría los 900, incluyendo numerosos sindicalistas.

La policía de Estambul había recibido la orden de la Delegación del Gobierno de impedir a los sindicatos acercarse a la céntrica Plaza de Taksim donde se había convocado una concentración de 500.000 personas en conmemoración de las 37 que fueron asesinadas el 1 de mayo de 1977.

Las concentraciones del Día del Trabajo están prohibidas en la plaza de Taksim desde el golpe militar de 1980, debido a los trágicos eventos acaecidos en 1977, pero cada año los sindicatos insisten en manifestarse en este emblemático lugar.

Unos 25.000 policías y 3.000 soldados fueron desplegados desde ayer en Estambul para impedir "manifestaciones ilegales" y, además, para reforzar las medidas de seguridad, desde Ankara se enviaron a Estambul 5.000 bombas de gas lacrimógeno adicionales.

La mítica plaza amaneció desierta y rodeada de vallas de la policía, que además cerró los accesos a las calles adyacentes y la Delegación del Gobierno suspendió los servicios de metro, autobuses, tranvías y transbordadores que se comunican con los alrededores de Taksim. También varios soldados fueron apostados en los tejados de los edificios para vigilar la situación como si se tratara de una ciudad en estado de sitio.

Hacia las 6.30 de la mañana (3.30 GMT) la policía irrumpió en la sede de la Confederación de Sindicatos de Obreros Revolucionarios (DISK), arrojando botes de gas lacrimógeno y realizando decenas de detenciones. "Hoy la casa de la clase trabajadora fue atacada. Los trabajadores fueron atacados. El gobierno mostró su cara hipócrita, que es sólo demócrata hacia sí mismo y cuida la libertad sólo para el velo (musulmán)", dijo Suleyman Celebi, líder del sindicato DISK.

Ante la imposibilidad de reunirse en Taksim, los principales sindicatos del país se congregaron a primera hora de la mañana en el distrito de Sisli, a unos 5 kilómetros de la plaza, con la intención de dirigirse luego hacia la plaza. Pero el gobernador de Estambul, Muammer Güler, había ya dejado claro que se usaría la fuerza contra toda concentración fuera de los cuatro lugares autorizados al efecto y esta primera concentración fue duramente reprimida por los agentes antidisturbios, que lanzaron gas pimienta y agua a presión.

Incluso uno de los botes de gas fue lanzado delante del servicio de emergencias del Hospital Eftal, causando problemas respiratorios a enfermos y doctores. Finalmente, los sindicatos realizaron una pequeña concentración ante la sede de DISK que se prolongó hasta las 12.00 (9.00 GMT).

Pero a esa hora numerosos grupos izquierdistas -entre los que había también algunos radicales- se habían congregado en torno a la avenida que une Taksim y Sisli y se enfrentaron a la policía. "¡No lancéis piedras!", gritaba el comandante de un escuadrón antidisturbios a sus hombres, que no le hacían demasiado caso y se empeñaban en devolver los cascotes a los manifestantes. "Espera que se acerquen esos bastardos y luego dispara el gas", decía otro, mientras se esforzaba por evitar que los manifestantes alcanzaran la calle principal.

Ante la violenta represión policial, los sindicatos decidieron cancelar la manifestación en Taksim para "no entrar en la estrategia de confrontación del gobierno". "KESK tiene que evitar arriesgar la vida de las personas", justifico su presidente, Ismail Tombul. "El Estado ha enfrentado con la fuerza a sindicalistas que sólo portaban banderas. Ya hemos visto lo que el gobierno entiende por democracia", dijo a EFE el líder del centro-izquierdista Partido de la Izquierda Democrática (DSP), Zeki Sezer.

Gracias a su condición de diputado nacional, Sezer fue una de las pocas personas a las que se autorizó llegar hasta Taksim para hacer un pequeño discurso ante la prensa de 5 minutos. "Espero que llegue un día en que podamos celebrar un fiesta como lo que es, una fiesta", afirmó.

Mientras tanto, algunos grupos radicales habían alcanzado la colina en la que se encuentra la zona de Taksim y se enfrentaron a la policía lanzando adoquines y botellas en diversas escaramuzas que se prolongaron durante toda la tarde. A causa de los incidentes, el líder sindical Çelebi exigió la dimisión del Delegado del Gobierno, Muammer Güler, del Ministro del Interior, Besir Atalay, y del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan.

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