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Los países del Mercosur arremeten contra la "directiva de la vergüenza"

Los presidentes reunidos en la Cumbre del Mercosur y estados asociados en la provincia argentina de Tucumán rechazaban ayer por xenófoba la nueva ley inmigratoria europea y condenaban los subsidios agrícolas al considerarlos una causa de la crisis alimentaria mundial.

El pronunciamiento lo firmaban los mandatarios de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Chile, Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y México, en la capital de una provincia agrícola que fue noticia en el mundo hace cinco años con las muertes de varios niños por desnutrición.

La capital provincial de San Miguel de Tucumán parecía bajo estado de sitio, acordonada por millares de policías que convirtieron en un desierto el casco céntrico, mientras los gobernantes se manifestaban contra la política inmigratoria de la Unión Europea (UE). "Vamos a alzar una voz común" contra la ley de la UE que ordena mandar a la cárcel y deportar a los extranjeros indocumentados, dijo la presidenta chilena, Michelle Bachelet.

El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, había declarado que "el viento frío de la xenofobia sopla otra vez con las falsas respuestas a los desafíos de la economía y de la sociedad", en una frase anticipatoria del tono del documento en Tucumán, donde en 1816 se declaró la independencia argentina, al calor de las guerras que libraban José de San Martín y Simón Bolívar.

"Es indigna. Es la ley del bochorno, de la ignominia", sostuvo el presidente venezolano Hugo Chávez.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo que no se descartaba en el futuro la adopción de medidas contra la Directiva de Retorno, a la que empieza a llamarse "Directiva de la vergüenza", como interrumpir negociaciones comerciales entre la Comunidad Andina de Naciones y la UE. "Hay que respetar los derechos humanos, los derechos de los inmigrantes. Nadie emigra por placer, lo hace por necesidad", dijo el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez.

Con centenares de miles de inmigrantes latinoamericanos en Europa, las duras penas establecidas por la UE cobraron un vigor inusitado con las expresiones de los gobernantes, en una Cumbre en la que se perfilaba hablar con más énfasis del rol de la región para dar seguridad alimentaria a sus pueblos.

La ONU acaba de señalar el peligro de que aumenten de 800 a 860 millones los seres que en el mundo pasan hambre, mientras que Latinoamérica sufre los estragos de la pobreza de casi 200 millones de habitantes, el 40% de la población.

Al inagurar las sesiones de la Cumbre, Kirchner advirtió que "hace poco nadie se imaginaba que el problema alimentario se disparara tan rápido, con escenas del medioevo, con gente que muere peleando por un grano de comida, por un pedazo de pan".

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