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El narcotráfico mexicano decapita a ocho militares en un nuevo desafío al Estado

  • El cártel de la droga amenaza con asesinar a diez soldados por cada uno de sus integrantes muertos

El narcotráfico mexicano lanzó el domingo otro pulso al Gobierno federal al decapitar a ocho militares y a un ex director de la Policía Judicial. Los cadáveres fueron encontrados en el departamento de Guerrero, pero las cabezas aparecieron junto a un comercio en Chilpancingo, capital del Estado. Estaban dentro de una bolsa negra de plástico con una carta de contenido amenazante: por cada integrante de la red muerto, serán asesinados diez militares.

La decapitación se ha convertido en una táctica de los cárteles de la droga contra los narcotraficantes rivales, agentes de Policía y militares. Aunque las autoridades locales no han confirmado si el crimen está relacionado con las drogas, se especula con la posibilidad de que se trate de una venganza tras los combates en Teololapan, otro municipio de Guerrero, donde murieron tres pistoleros.

Por otra parte, también fueron hallados los cadáveres de cuatro personas, uno de ellos partido por la mitad, en el municipio de Iguala, y el comandante de la Policía comunitaria de Quechultenango y su esposa fueron asesinados en una jornada gris en el Estado. Por este motivo, el gobernador, Zeferino Torreblanca Galindo, reconoció que la situación de inseguridad existente a nivel nacional es un tema verdaderamente "difícil" de soportar.

En ese clima de tensión, el cardenal Norberto Rivera Carrera advirtió que no se puede pactar con el crimen organizado para evitar el aumento de la violencia, e hizo un llamamiento a que la paz impere México. "Yo creo que no se puede pactar con el mal ni con aquellos que quieren utilizar la violencia", denunció.

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