Reino Unido

Los comicios locales en Inglaterra y Gales apúntan a un serio revés para Brown

  • El primer ministro británico, Gordon Brown, parece preparado para un revés hoy en las elecciones municipales que se celebran en Inglaterra y Gales y cuyo mayor trofeo es Londres.

Los resultados definitivos de Londres, en los que el laborista Ken Livingstone trata de obtener su tercer mandato desde que conquistó esta ciudad como candidato independiente en el 2000, no se conocerán hasta el viernes.

De creer algunos sondeos, el candidato conservador, Boris Johnson, un ex periodista y diputado con una fuerte propensión a decir lo políticamente incorrecto, podría lograr la hazaña de arrebatarle la alcaldía londinense, lo que constituiría un mal presagio para el futuro político del propio Brown.

Otros sondeos indican, sin embargo, una lucha mucho más reñida entre ambos, lo que hace muy difícil cualquier previsión, sobre todo debido a que en Londres los votantes pueden elegir, junto al que quieren para alcalde, a su segundo preferido, y estos últimos votos se suman en caso de que ninguno alcance la mayoría absoluta.

Brown, que no se atrevió a convocar elecciones generales el año pasado, poco después de heredar el cargo de Tony Blair, seguramente no las convocará hasta la fecha límite del 2010, en vista de que los sondeos le son continuamente desfavorables.

Pero su principal rival, el "tory" David Cameron, confía en que sus correligionarios ganen suficientes escaños en las elecciones locales de hoy, y sobre todo en una victoria de Johnson en Londres, para reforzar su liderazgo y sus propias aspiraciones.

Los "tories" esperan superar el 40 por ciento de los votos en los comicios de este jueves, lo que les colocaría en una muy buena posición con vista a las próximas elecciones generales.

Por el contrario, los estrategas del laborismo temen que su partido obtenga su peor resultado en unas elecciones municipales desde los años setenta -hay quien habla de un 25 por ciento-, lo que constituiría una auténtica humillación para Brown.

Las vacilaciones a la hora de rescatar de la bancarrota al banco Northern Rock y, más recientemente, el aumento de la carga fiscal que soportan las personas de menores ingresos le han valido al Primer Ministro fuertes críticas por parte de la oposición.

A ello se suma el descontento creciente de distintos sectores del laborismo con lo que ven como pérdidas de las esencias del partido y una falta de visión y de liderazgo.

La próxima batalla política para Brown será en torno a la prolongación del plazo de detención sin cargos de los sospechosos de terrorismo, que, contra mejor consejo, el líder laborista  quiere elevar de 28 a 42 días.

Brown ha dicho que no cederá en ese punto y que está dispuesto a aceptar una derrota parlamentaria si es preciso: muchos diputados laboristas son contrarios a ese plan y podrían votar con la oposición.

Según se ha filtrado a los medios periodísticos, pese al previsible batacazo en las elecciones de este jueves, aconsejado por sus asesores, Brown no va a resignarse sino que se mostrará cada vez más pugnaz.

Así, se dice que prepara un nuevo discurso de la Corona que incluirá una batería de medidas sobre el estado del bienestar, reformas educativas y lucha contra la delincuencia y que quiere además mejorar sus relaciones con los empresarios prometiéndoles desgravaciones fiscales en la medida de lo posible.

Muchos dentro del Partido Laborista señalan que lo mejor que puede hacer Brown es mantenerse firme pese a las críticas de la oposición y de la prensa y prestar más oído a las preocupaciones de los ciudadanos en tiempos de malestar económico.

Pero medidas como la abolición del tipo fiscal mínimo del 10 por ciento para las rentas más bajas o noticias como la de que bajo el laborismo ha aumentado fuertemente el número de multimillonarios en el Reino Unido no parece que le favorezcan precisamente.

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