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60 años sin nada que celebrar

  • El régimen de Corea del Norte cumple seis décadas sumido en la crisis alimentaria, bajo la amenaza de la hambruna y la incógnita sobre la salud del Kim Jong-Il

Corea del Norte cumplió ayer 60 años golpeada de lleno por la hambruna, la crisis del proceso de desnuclearización y la incógnita sobre la salud de su líder, Kim Jong-Il, que lleva semanas sin ser visto en público y que ayer tampoco apareció en el desfile con el que el régimen conmemoró su aniversario. "Parece que Kim Jong-Il ha sufrido un problema cardíaco, posiblemente un infarto", indicó una responsable de los servicios de inteligencia norteamericanos, que precisó que no ha habido signos de un cambio en el poder en Pyongyang.

El único régimen estalinista del mundo, que celebró la ocasión con un desfile militar y otros eventos típicamente norcoreanos como el espectáculo de gimnasia de masas Arirang, vive acuciado por una crisis económica galopante. Desde la hambruna de los 90 se estima que unos tres millones de norcoreanos podrían haber muerto a causa de las malas cosechas y las inundaciones y que actualmente la población se ha reducido a 23,5 millones.

A la mala cosecha de este año, consecuencia de las inundaciones que sufrió el país en 2007, se suma el efecto adverso de la crisis alimentaria en todo el mundo.

Y, a pesar de que Corea del Norte es un país comunista y está organizada según la filosofía Juche, que significa autosuficiencia, no ha podido librarse de la crisis global que han desatado los excesos financieros de Estados Unidos.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) alertó la semana pasada a sus donantes de que necesita 60 millones de dólares en los próximos tres meses para evitar que la crisis alimentaria que sufre Corea del Norte derive en una hambruna generalizada.

Pese a que no existen cifras oficiales de damnificados o fallecidos, se calcula que más del 50 por ciento de los hogares norcoreanos viven con sólo dos comidas al día y que el suministro diario de alimentos se ha reducido de 500 gramos en enero a 150 gramos en el pasado junio.

Las cosas así, el único as en la manga que le queda a Corea del Norte, su renuncia al poder nuclear a cambio de dádivas económicas, está bloqueado desde que el régimen anunció a finales de agosto la interrupción de la desnuclearización negociada con Corea del Sur, Rusia, Japón, China y EEUU. Pocos días más tarde diversas fuentes informaban de que Pyongyang ha iniciado la reconstrucción del reactor de la central de Yongbyon, la mayor instalación nuclear del régimen comunista, aunque ello ha sido negado por Washington.

Las cosas no parecen ir mejor para el controvertido "amado líder" norcoreano, Kim Jong-Il, según el pormenorizado seguimiento del que es objeto en cada una de sus apariciones públicas por parte de los servicios secretos extranjeros, sobre todo los surcoreanos, y otros observadores.

Dejando a un lado los rumores sobre que murió en 2003 aquejado de diabetes, Kim, de 67 años, lleva varias semanas, desde el 14 de agosto, sin aparecer en ningún acto público. Años de malas costumbres alimenticias y un consumo excesivo de alcohol han minado la salud de Kim, de quien se dice que es diabético.

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