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Trump defiende a su candidata a la CIA pese a salpicarle las torturas tras el 11-S

  • El presidente de EEUU sostiene que atacan a Gina Haspel porque fue "demasiado dura con los terroristas"

  • Acusa a los investigadores de la trama rusa de "conflicto de interés"

Gina Haspel, jefa interina de la CIA.

Gina Haspel, jefa interina de la CIA. / efe

El presidente estadounidense, Donald Trump, defendió ayer a su nominada para dirigir la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Gina Haspel, ante la multitud de críticas recibidas por su presunta participación en las torturas cometidas tras los atentados del 11-S.

"Mi muy respetada nominada para ser la directora de la CIA, Gina Haspel, ha sido criticada porque fue demasiado dura con los terroristas", dijo Trump en su cuenta oficial de Twitter. Además, aseguró que "en estos tiempos tan peligrosos", EEUU tiene "a la persona más cualificada, una mujer, a la que los demócratas quieren fuera porque es demasiado dura con el terror".

Haspel fue la máxima responsable de una prisión secreta para islamistas en Tailandia

Tras haber asumido hace dos semanas la dirección de la CIA de manera interina, Haspel deberá someterse mañana a un proceso de confirmación en el Senado que se antoja complicado debido a las acusaciones que pesan sobre ella por su presunta participación en torturas.

De hecho, The Washington Post especuló el viernes con que Haspel estaría pensando en retirar su candidatura antes de la sesión ante la Cámara Alta para proteger su imagen y la de la CIA, aunque hasta ahora la nominación sigue en pie.

La prensa ha denunciado en repetidas ocasiones que Haspel fue la máxima responsable de una prisión secreta en Tailandia, a la cual fueron trasladados varios presuntos terroristas islamistas que sufrieron graves torturas. Además, la que podría convertirse en la primera mujer en dirigir la agencia de espionaje fue también acusada de eliminar todas las pruebas de esas prácticas inhumanas.

Sin embargo, desde que Trump designara a Haspel para este cargo en marzo, la CIA y la Casa Blanca han realizado una intensa campaña para limpiar su imagen. Ambas instituciones han defendido que hay muchos documentos sobre Haspel, que entró en la CIA en 1985, que están clasificados y podrían poner en peligro la seguridad del país si se hacen públicos.

Por otro lado, Trump acusó ayer a los investigadores de la trama rusa, liderados por el fiscal especial Robert Mueller, de "conflicto de interés" en sus indagaciones.

"Los 13 demócratas enfadados a cargo de la caza de brujas rusa están empezando a descubrir que existe un sistema que protege a las personas de la injusticia... ¡Y esperen a que los tribunales puedan ver sus conflictos de intereses no revelados!", escribió en un tuit.

El mandatario siempre usa el término "caza de brujas" para referirse a la investigación de la conocida como trama rusa y asegura que los investigadores a cargo de la misma son demócratas, a pesar de que Mueller está registrado en las filas del Partido Republicano.

Trump dijo también que la investigación "está perdiendo credibilidad rápidamente", después de que un comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes concluyera en abril que no hubo conspiración entre el equipo de campaña de Trump y el Kremlin.

"Ahora la investigación dice vale, ¿qué más hay por ahí? ¿Obstrucción (a la justicia) por un crimen inventado, falso?", continuó.

En este sentido, la oposición demócrata ha advertido sobre la posibilidad de que Trump destituya a Mueller, lo que podría abrir la puerta a una acusación de obstrucción a la justicia.

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