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Seúl medita pedir a Washington un mayor despliegue militar en la región

Kim Jong-un abraza a un estudiante durante un acto en Pyongyang.

Kim Jong-un abraza a un estudiante durante un acto en Pyongyang. / KCNA (Efe)

El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, medita pedir a EEUU un mayor despliegue militar en la región después de que Corea del Norte anunciara este jueves otro test de misiles y ante el temor de que el régimen de Pyongyang realice una prueba nuclear, que sería la primera desde 2017.

En su ya tradicional careo con los medios locales antes de acceder a su oficina, Yoon aseguró que Seúl está estudiando "diversas opciones" sobre cómo fortalecer la llamada disuasión ampliada que le brinda Washington ante los avances armamentísticos de Pyongyang.

"Existen diversas opiniones en nuestro país y en EEUU con respecto a la disuasión extendida, y por ello estoy escuchando y analizando atentamente diversas opciones", dijo Yoon.

El presidente surcoreano respondió a una pregunta que hacía referencia a un artículo publicado este jueves por el diario Chosun, el principal del país, en el que se dice que el Gobierno Yoon habría pedido al estadounidense el despliegue continuado y por turnos de diferentes activos estratégicos del Pentágono, como portaaviones o submarinos, si Pyongyang lleva a cabo un nuevo test nuclear.

La llamada disuasión extendida es un compromiso adquirido el pasado mayo por Washington con Seúl que consiste en el envío de activos estratégicos estadounidenses a la península coreana de "manera coordinada y cuando sea necesario" en función de las acciones del régimen norteño.

Llamamientos al rearme nuclear

Aunque esta estrategia en ningún caso contempla desplegar armas nucleares en la mitad sur de la península, de donde EEUU las retiró en 1991, los repetidos ensayos y avances armamentísticos de Corea del Norte han aumentado los llamamientos para que o bien Washington traiga de vuelta su arsenal o Seúl desarrolle el suyo propio, tal y como muestran las encuestas.

Las palabras de Yoon llegaron pocas horas después de que los medios norcoreanos informaran que el régimen probó el miércoles dos misiles de crucero de largo alcance pertenecientes a unidades militares que operan armas nucleares tácticas.

El propio líder norcoreano, Kim Jong-un, supervisó el test realizado, en el que los proyectiles volaron sobre el mar Amarillo (llamado del Oeste en las dos Coreas) durante 2 horas y 50 minutos con un patrón de vuelo en forma de ocho que supuso un recorrido total de unos 2.000 kilómetros antes de que golpeasen un objetivo simulado, según informó hoy la KCNA.

Kim, que estuvo acompañado por las tres grandes figuras a nivel técnico del programa de misiles norcoreano, Kim Jong-sik, Ri Pyong-chol y Jang Chang-ha, dijo que el ensayo fue "una nueva señal de advertencia clara e inequívoca hacia nuestros enemigos".

Tal y como viene siendo habitual con los misiles de crucero, el Ejército sureño no reportó el test, que técnicamente no constituye una violación de las sanciones de la ONU al no tratarse de misiles balísticos, de cara a no desvelar sus capacidades de detección y rastreo en tiempo real, explicó a la prensa el portavoz del Estado Mayor Conjunto (JCS), Kim Jun-rak.

Kim explicó que el lanzamiento se realizó desde Kaechon (75 kilómetros al norte de Piongyang) en torno a las 02:00, hora local, del miércoles.

Octavo test en 20 días

El test anunciado este jueves por Pyongyang es el octavo lanzamiento del régimen desde el pasado 25 de septiembre, una sucesión de ensayos que buscan poner a prueba los sistemas de armamento nuclear táctico del ejército norcoreano en respuesta a las recientes maniobras de un portaaviones estadounidense en aguas de la península coreana.

Muchos analistas creen que en el horizonte se dibujan nuevos ensayos norcoreanos, incluyendo una nueva detonación nuclear subterránea, que sería la primera desde septiembre de 2017.

Corea del Norte, que mantiene sus fronteras completamente cerradas desde el inicio de la pandemia, aprobó en 2021 un importante plan de modernización armamentística y ha rechazado las ofertas para retomar el diálogo por parte de Corea del Sur y EEUU.

A su vez, los satélites han detectado que el hermético país lleva meses preparado para realizar una nueva prueba atómica en Punggye-ri (noreste del país).

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