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Reino Unido investigará el caso del iraquí muerto bajo custodia británica en 2003

  • El ministro de Defensa, Des Browne, anuncia una "investigación pública independiente". El cadáver de Baha Mousa presentaba 93 heridas.

El ministro británico de Defensa, Des Browne, ha anunciado hoy una investigación pública independiente sobre la muerte del civil iraquí Baha Mousa mientras estaba bajo custodia de tropas del Reino Unido, ocurrida en 2003 tras la invasión de Irak.

"Una investigación pública sobre la muerte de Baha Mousa es lo correcto", ha afirmado Browne, al subrayar que la pesquisa "no dejará piedra sin remover" acerca de la "trágica muerte" del ciudadano iraquí.

"El Ejército (británico) no tiene nada que esconder a ese respecto y está dispuesto a aprender todas las lecciones posibles sobre este suceso terrible", ha dicho el titular de Defensa, sin precisar la fecha de inicio de las indagaciones.

El pasado marzo, Browne adelantó que el Gobierno británico está dispuesto a admitir su responsabilidad en la muerte de Mousa, un recepcionista de hotel de 26 años, al reconocer que se violaron sus derechos humanos.

Browne señaló entonces que también se asumirá esa violación de derechos en el caso de otros ocho iraquíes cuyas familias han demandado al Ejecutivo en un proceso judicial abierto en el Reino Unido, lo que puede dar pie al pago de indemnizaciones ilimitadas para los parientes de las víctimas.

Sin embargo, la investigación independiente, que estará dirigida por un juez con potestad para llamar a declarar a testigos, sólo se centrará en el caso de Mousa, por lo que posiblemente no incurrirá en otros sucesos similares.

Según el abogado que representa a la familia del recepcionista, Phil Shiner, "no será suficiente si la investigación tiene un corto alcance y no examina todos los casos y cuestiones (relativas al suceso)".

"Tanto a los ciudadanos como al Parlamento se les debe dar la oportunidad de entender completamente qué falló en nuestra política de detención en Irak y qué lecciones se pueden aprender para el futuro", añadió Shiner.

Siete soldados británicos fueron sometidos a un juicio marcial tras la muerte de Mousa, pero todos fueron absueltos del delito de maltrato a civiles iraquíes menos uno, Donald Payne, que se declaró culpable.

El 30 de abril de 2007, Payne, primer militar británico en ser procesado por crímenes de guerra según la Ley de la Corte Penal Internacional de 2001, fue condenado a un año de cárcel y expulsado del Ejército de Tierra.

Baha Mousa murió en los meses posteriores a la invasión de Irak cuando estaba bajo custodia británica en Basora (sur del país), donde se concentraban las fuerzas del Reino Unido.

Según argumentó la acusación durante el juicio marcial, que duró seis meses, su cadáver presentaba 93 heridas.

Los soldados británicos detuvieron a los presuntos sospechosos iraquíes -entre ellos el propio Mousa- el 14 de septiembre de 2003 en el hotel Haitham de Basora, después de descubrir armas y material explosivo en una redada contra insurgentes.

La acusación explicó ante el tribunal marcial que los militares mantenían encerrados a los reclusos encapuchados y esposados, les privaban de sueño y les pegaban cuando incumplían sus órdenes de mantener ciertas posturas durante periodos de 36 horas.

Tras la absolución de la mayoría de los soldados, los familiares de las víctimas pusieron en marcha un proceso civil que culminó en junio de 2007.

Fue entonces cuando los jueces de la Cámara de los Lores, máxima instancia judicial en Inglaterra, dictaminó que el Convenio Europeo de Derechos Humanos debía aplicarse también al caso de Mousa, pese a haber acaecido en otro país.

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