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Persiste la incertidumbre sobre el futuro del Gobierno belga

  • El rey de Bélgica, Alberto II aún no se pronunció sobre la dimisión del Gobierno.

El rey de Bélgica, Alberto II, recibió hoy por segundo día a varios líderes políticos del país pero aún no se pronunció sobre la dimisión del Gobierno, un formalismo necesario para alcanzar una solución, mientras los principales partidos apuntan que optará por un nuevo Ejecutivo basado en el actual.

La coalición que lidera el democristiano flamenco Yves Leterme presentó ayer su dimisión en pleno tras haber sido acusado de intentar influir en la decisión judicial sobre el proceso de venta y fragmentación de Fortis, la que fuera la principal entidad bancaria y de seguros del país.

Representantes de los tres partidos francófonos que forman parte del Gobierno -Partido Socialista (PS), Centro Democrático Humanista (cdH) y Movimiento Reformista (MR)- aseguran que formar una nueva coalición no es una solución suficientemente rápida.

Precisamente la necesidad de idear una solución lo antes posible es algo en lo que coinciden todas las formaciones políticas y personalidades destacadas del país, por lo que la posibilidad de celebrar elecciones anticipadas o de reestructurar el Gobierno con un nuevo equilibrio político pierde fuerza.

El estallido de esta crisis ha paralizado por completo las negociaciones sobre cuestiones urgentes como los presupuestos generales del Estado para 2009, el aumento de los salarios, el plan de relanzamiento económico o los expedientes Fortis y Kaupthing.

Lo primero que tiene que hacer Alberto II es revelar si acepta el que ya es el cuarto intento de dimisión de Leterme -el pasado julio rechazó el último- y, en caso de que lo haga, tendrá que elegir un sustituto entre los candidatos que le presenten los principales países políticos.

En la prensa belga sonaron hoy nombres como el del presidente del Congreso, Herman van Rompuy; la democristiana flamenca Marianne Thyssen (CD&V); el ex primer ministro Jean-Luc Dehaene; el predecesor de Leterme, el liberal flamenco Guy Verhofstadt; o el hasta ahora ministro de Finanzas, el francófono Didier Reynders (MR).

El que casi nadie espera que siga en el cargo es el propio Leterme, que parece haber perdido toda credibilidad, al menos así opina el líder del Open Vld, Bart Somers, acusado por algunos de haber impulsado la caída del jefe del Gobierno.

La flamenca Marianne Thyssen -del mismo partido que Leterme (CD&V)- sí afirma que mantiene su confianza en el primer ministro, a quien describe como "un hombre valiente", y añade que éste podría liderar el próximo Ejecutivo perfectamente.

Los periódicos tanto francófonos como flamencos criticaron hoy duramente a Leterme y llegaron incluso a afirmar que se trata del "peor primer ministro desde la posguerra".

Alberto II inició anoche consultas con los dirigentes de los cinco partidos de la coalición gubernamental -el liberal francófono Didier Reynders (MR) y el flamenco Bart Somers (Open VLD); el socialista francófono Elio Di Rupo (PS); la democristiana francófona Joelle Milquet (CDH) y la flamenca Marianne Thyssen (CD&V).

Este mediodía se reunió con el ministro de justicia, Jo Vandeurzen, que fue el primero en renunciar al cargo ayer, y por la tarde se entrevistó con los presidentes del Congreso, Herman Van Rompuy, y del Senado, Armand De Decker.

La Casa Real dio por concluidas esta tarde las audiencias, pero no descartó que se produjera alguna visita inesperada al palacio de Belvedere, donde reside el monarca; lo que sí confirmó es que mañana continuarán las negociaciones.

Leterme llegó al poder tras ganar las elecciones en junio de 2007 y desde entonces ya suma cuatro intentos de dimisión: los dos primeros se produjeron durante los nueve meses que tardó en formar el Gobierno y el tercero llegó en julio de este año ante las dificultades para sacar adelante la reforma institucional.

La última crisis gubernamental se desató ayer tras la publicación de un informe del Tribunal de Casación belga que señala "serios indicios" de que el gabinete del primer ministro había presionado a los jueces que han de decidir en el caso Fortis.

El propio Leterme reconoció que su jefe de gabinete mantuvo contactos con el esposo de una de las magistradas, aunque insistió en que, en ningún caso, se trató de influir u obstaculizar el procedimiento judicial.

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