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Peres y Abbas apuestan por la paz en una histórica reunión

  • El presidente de Israel confía en resolver los problemas que estancan el diálogo, entre los que cita las fronteras, la cuestión de Jerusalén y los asentamientos judíos

Los presidentes del Estado de Israel, Simon Peres, y de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, subrayaron ayer en una histórica reunión en Jerusalén su apuesta por la paz como única alternativa al conflicto entre sus pueblos.

La de ayer no era la primera reunión entre ambos líderes, pero sí la primera en la residencia oficial de Peres, que nunca tuvo idéntico gesto con el predecesor de Abbas, Yaser Arafat, pese a que ambos recibieron juntos el Premio Nobel de la Paz en 1994.

Una bandera israelí y otra palestina decoraban la entrada de la residencia del presidente israelí en un simbólico detalle ausente en las frecuentes entrevistas entre Abbas y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, para tratar de avanzar en las negociaciones de paz lanzadas en la cumbre de Annapolis (EEUU) del pasado noviembre.

El aparente estancamiento de este proceso, cuyo objetivo es lograr un acuerdo de paz antes de que acabe el año y, a resultas de ello, la consecución del Estado Palestino, era el principal motivo de la entrevista.

"Tengo la sensación de que ambas partes consideran que no hay alternativa a la paz", dijo Peres a la prensa antes del encuentro.

"Pese al paso del tiempo, las dificultades y los obstáculos, hay un final a este largo conflicto", manifestó el presidente de la ANP.

En este sentido, Peres subrayó su "plena confianza" en que "se resuelvan los problemas" que estancan el actual diálogo político, entre los que citó las fronteras, la cuestión de Jerusalén y los asentamientos judíos.

En efecto, una de las principales trabas, si no la mayor, es la continuada expansión de las colonias judías en Cisjordania, algo expresamente prohibido por la Hoja de Ruta, el plan de paz que guía el diálogo lanzado en la cumbre de Annapolis.

El despliegue de las fuerzas de seguridad de la ANP en varias ciudades cisjordanas para imponer el orden también figura entre los problemas que afronta el proceso de diálogo.

Israel argumenta que, sin la presencia del Ejército israelí, los cuerpos de seguridad palestinos serían incapaces de hacerse valer en Cisjordania y, por ello, las tropas judías deben permanecer en este territorio, ocupado desde la Guerra de los Seis Días de 1967.

Desde que comenzó el proceso de Annapolis, Israel ha permitido el despliegue durante el día de la Policía palestina en varias ciudades cisjordanas, pero de noche ésta tiene que retirarse para que el Ejército israelí lleve a cabo sus habituales redadas y detenciones.

A juicio de los observadores, esta situación desprestigia a Abbas ante los suyos y la dibuja como una marioneta de Israel, algo que ha llevado al presidente palestino a amenazar, ayer mismo, en una reunión previa con militantes de su movimiento Al Fatah, con retirar sus cuerpos de seguridad de la ciudad cisjordana de Nablús si continúan las constantes redadas.

En ese encuentro, celebrado en Ramala, Abbas dijo que estas acciones del Ejército israelí "destruyen el proceso de paz" y que así lo planteará en la próxima reunión entre los respectivos equipos negociadores, indicó Najat Abu Baker, diputado de Al Fatah.

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