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La OTAN se aferra a la defensa común para aparcar sus palpables diferencias

  • Los socios de la Alianza sortean sus divisiones y escenifican su unidad frente a la hegemonía china

  • Johnson apela a la cohesión: "Mientras estemos juntos, nadie podrá empezar una guerra"

Trump, presidente de EEUU, y Trudeau, primer ministro de Canadá, posan ayer en la cumbre de la OTAN.

Trump, presidente de EEUU, y Trudeau, primer ministro de Canadá, posan ayer en la cumbre de la OTAN. / WILL OLIVER / efe

La defensa colectiva que garantiza la OTAN prevaleció por encima de las diferencias de las últimas semanas entre los aliados, que cerraron la cumbre por los 70 años de la organización con el compromiso de reflexionar sobre su futuro y un primer debate sobre los retos que plantea China.

"Solidaridad, unidad y cohesión son los principios piedra angular de nuestra Alianza. Un ataque contra un aliado será considerado como un ataque contra todos", recalcaron los líderes en una declaración tras la cumbre en Watford, al noroeste de Londres.

La cita se desarrolló en medio de las mayores divisiones entre los aliados desde la crisis por la nacionalización del canal de Suez en 1956 y la invasión estadounidense de Iraq en 2003. "Mientras permanezcamos juntos, nadie podrá esperar derrotarnos y nadie podrá empezar una guerra", advirtió el líder británico, Boris Johnson.

El secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, destacó que el encuentro demostró "una vez más que la OTAN sigue siendo el único lugar en el que Europa y América del Norte hablan, deciden y actúan juntos cada día". La declaración común adoptada por los líderes no estaba garantizada hasta el final, ya que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, amenazó con bloquearla, igual que su apoyo a los planes estratégicos para defender a los países del Este de Europa frente a Rusia, si la OTAN no respaldaba su consideración de los kurdos como terroristas.

Los líderes aliados mantuvieron por primera vez, a instancias de EEUU, un debate sobre la emergencia de China como potencia militar mundial y las oportunidades, pero también desafíos, que representa para su seguridad. Coincidieron en la necesidad de animar a Pekín a participar en acuerdos de control armamentístico.

Igualmente, se comprometieron a garantizar la seguridad de sus infraestructuras de telecomunicaciones, incluidas las redes 5G, en plena polémica por el despliegue de esa tecnología que la empresa china Huawei está interesada en llevar a cabo en Europa pese a las dudas de algunos países sobre su vinculación con el Gobierno chino.

Las insistentes demandas de Trump de que los aliados europeos y Canadá inviertan más en defensa quedó en segundo plano. Stoltenberg aseguró que aún hay mucho por mejorar, pero recordó que la inversión militar ha aumentado por quinto año consecutivo y que, de hecho, los europeos y Canadá llevan acumulado un gasto en defensa de 130.000 millones de dólares (118.209 millones de euros) desde 2016, que se prevé que ascienda a 400.000 millones de dólares (363.720 millones de euros) a finales de 2024.

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