Mundial 2018 Rusia

Y al tercer partido, despertó Messi

Messi festeja el pase a octavos de final junto a sus compañeros.

Messi festeja el pase a octavos de final junto a sus compañeros. / Juan Herrero / efe

Lejos de la versión apática e intrascendente que mostró ante Croacia, Messi supo guiar a la albiceleste cuando más lo necesitaba para conseguir una dramática clasificación a los octavos del Mundial. Autor del primer gol, la estrella argentina gravitó como se le pedía y respondió con rebeldía para doblegar el buen cerrojo que planteó el equipo africano, dejando atrás su mal arranque en Rusia 2018.

Para Messi comenzó ayer el Mundial: anotó su primer tanto, fue elegido el mejor jugador del partido y recibió el unánime cariño de las decenas de miles de hinchas que pintaron de celeste y blanco el San Petersburgo Arena.

En la previa del partido más importante para Argentina se le pedía personalidad y que tuviera la eficacia que muestra cada semana en el Barcelona. La tuvo: en su única ocasión en el primer tiempo definió como él sabe.

La atención que generaba por la banda permitía a Banega, más adelantado que Mascherano, encontrar huecos por el centro del ataque. El 10 y el 7 fueron la mejor sociedad sudamericana. Y así llegó el 1-0. Banega lanzó un formidable pase colgado para su compañero controlase el balón magistralmente con la izquierda y luego definiera con la derecha. Se desahogó enseguida, elevó los brazos y gritó un gol con el que cortó una racha negativa de 661 minutos sin marcar en partidos mundialistas. Justamente los últimos goles habían sido ante Nigeria (3-2) en la fase de grupos de Brasil 2014.

Era lo que necesitaba Argentina: un buen comienzo, y si era con un gol de Messi, mucho mejor. En comparación con los dos primeros partidos estuvo mucho más participativo y corroboró que es un jugador de momentos: cuando está cómodo y feliz su actuación eleva la de sus compañeros. Pero con el empate de Nigeria en el segundo tiempo y el bajón de Argentina, el delantero también se apagó.

El partido estaba cuesta arriba y Messi fuera del Mundial. El equipo africano, sin embargo, se replegó y no aprovechó el mar de dudas en el que navegaba su rival. Con el "Argentina vamos, ponga huevos que ganamos" de fondo entró Pavón, pero el conjunto de Sampaoli seguía bloqueado y sin generar situaciones de gol, exceptuando una ocasión de Higuaín, hasta el agónico tanto de Marcos Rojo, que apareció como ariete para definir un centro cruzado desde la derecha, a falta de cuatro minutos. Messi se le colgó del cuello al defensa para celebrar el desahogo, que se intensificó cuando el estadio gritó el 1-2 de Croacia que daba más tranquilidad.

Y con el pitido final se le lanzaron a Messi encima todos los suplentes. Pero la celebración de la Pulga fue sobria: consciente de que el equipo sufrió mucho para superar la primera fase y que debe mejorar para vencer a un rival como Francia en octavos de final.

Con el estadio eufórico, se acercó al borde del campo a saludar a los hinchas. A su lado, Di María lloraba desconsolado, producto de la presión. Ayer empezó el verdadero Mundial para Argentina.

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