El nuevo gobierno de Suecia, desde octubre conformado con integrantes de tres partidos de derecha y centro derecha, ha decidido retirar las subvenciones a las compras de nuevos vehículos eléctricos e híbridos enchufables.

Los vehículos pedidos a partir del 8 de noviembre ya no contarán con el llamado bono climático que permitía disponer de ayudas de hasta 4.600 euros para los eléctricos y hasta 920 euros para los híbridos enchufables. No obstante, los pedidos antes de esa fecha sí podrán recibir aún esas ayudas, cuya entrega viene demorándose aproximadamente seis meses.

Volvo, que ha sido una de las marcas que ha liderado la electrificación del parque automovilístico en Suecia, tuvo que multiplicar la producción de sistemas de propulsión eléctrico en plantas como la de Gante (Bélgica).

El motivo del freno a este incentivo a las ventas de electrificados -aunque en realidad permitía beneficiarse de él a todos los que obtuvieran una emisión media por debajo de 60 g/km de CO2- es, oficialmente, que los coches eléctricos ya cuestan lo mismo que los de que tienen motores térmicos y, por lo tanto, esa paridad de precios no justifica la subvención estatal a su compra.

En Suecia, la mitad de las ventas de coches nuevos que se realizan ya son, aproximadamente, de coches altamente electrificados y los eléctricos ya están disponibles para la mayoría de rangos de precio.

No es la primera congelación de estos subsidios que se produce en Suecia, ya que el año pasado también la hubo, si bien por diferentes razones. En ese caso, la Agencia Sueca de Transporte suspendió los pagos porque el éxito de las ayudas agotó los fondos en septiembre de 2021 de cara al resto del año y a la espera de que el gobierno liberase nuevos fondos. El agotamiento del presupuesto se debió, en parte, a que en abril el límite superior para la bonificación de vehículos eléctricos pasó de unos 5.900 euros a 6.900, con lo que las ventas aumentaron de manera sensible ese año.

El aumento de las ventas de eléctricos llevó a la instalación de la gigafactoría de Northvolt en Suecia y que hizo entrega en junio de sus primeras baterías.

El bono climático se introdujo en Suecia el 1 de julio de 2018 e, inmediatamente, afectó a las ventas dando lugar al disparo de las ventas de coches con baterías. Como contrapartida, también se introdujo una penalización, malus, para los vehículos más contaminantes. Esta se mantendrá activa en el futuro.

Este malus carga a los coches con un impuesto más alto durante los tres primeros años de la fecha en la que el automóvil es matriculado y se aplica a los vehículos vendidos desde 2018 y que produzcan más de 90 g/km de CO2. También para aquellos que no puedan funcionar con combustibles alternativos como el GLP o alcohol. Actualmente, al cargo básico, que es de 33 euros por año, se le suman 9,9 euros por cada gramo de CO2 emitido entre los 75 y 125 g/km homologados y 12,2 euros por gramo a cada uno de los que supera esos 125 de media. Los Diesel pagan por año un extra de 23 euros, además de incrementar su impuesto con un cargo adicional por combustible que se calcula multiplicando el CO2 total del coche en gramos por 1,2 euros.