Seat ha reorganizado la oferta de esta cuarta generación del León; por un lado, eliminando los niveles de equipamiento de menor demanda, Reference y Xperience; dejando Style y FR, dos acabados que ya se reparten al cincuenta por ciento el favor de los clientes y que, históricamente, en este compacto soportaban hasta el 85 por ciento de las ventas.

Por otro lado, en su gama ha desaparecido el motor microhibridado de 1.5 TSI de 150 CV, sustituido por el de 130 CV, también con cuatro cilindros en línea, inyección directa, sobrealimentación por turbo de geometría variable y con sistema de desconexión de cilindros ACT. Según Seat, el mayor porcentaje de los pedidos que efectúan sus clientes entre los compactos está comprendido entre los 120 y 129 CV, horquilla que acapara el 38 por ciento de las ventas, mientras que la suma de las de entre 130 y 149 CV y los de más de 150 CV son demandados por 11 y 14 por ciento, respectivamente.

El León está disponible con dos tipos de carrocerías: cinco puertas y familiar Sportstourer. Respectivamente, la primera versión mide 4,37 m de largo y la segunda, 4,64 m. El maletero tiene una capacidad de hasta 380 litros en una y 620 en la otra.

Tanto el motor de 130 CV como los acabados Style y FR están disponibles con las dos carrocerías: la de cinco puertas de tipo hatchback y la de formato familiar, la Sportstourer. El incremento de precio de ésta respecto a la primera es de 1.290 euros.

Cada uno de los equipamientos puede combinarse con varios paquetes opcionales: XS, XM, XL y XXL, este último exclusivo de los León FR con DSG.

La disponibilidad del tipo de caja de cambios es uno de los factores que permite segmentar la gama del León. El nuevo TSI de 130 CV, por ejemplo, sólo se vende con la manual.

Este cambio automático de doble embrague se asocia como única transmisión posible con el 1.0 e-TSI de 110 CV (con arquitectura de 48 voltios) o el 1.5 TGI 130 CV, además del PHEV 1.4 e-Hybrid 204 CV. Del mismo modo que los 1.0 TSI de 110 CV, 2.0 TDI de 115 CV y el recién llegado 1.5 TSI de 130 CV lo están, exclusivamente, con la manual de seis velocidades. Sólo para el 2.0 TDI de 150 CV puede elegirse una caja u otra.

El León en su versión familiar es muy recomendable por su volumen de carga, poca diferencia de precio extra y porque mantiene inalteradas las cualidades dinámicas del hatchback.

Como dato revelador de la variedad de la gama, en la actualidad el León dispone de las tres etiquetas que proporciona la DGT: Cero, para el híbrido enchufable; Eco, para el motor microhíbrido y la versión de gas natural y C, para el resto, tanto de gasolina como Diesel.

Así va el nuevo León TSI de 130 CV con el acabado más deportivo

Hemos conducido el León de 130 CV con acabado FR, neumáticos 225/40 R18, es decir, con llanta opcional de 18” en lugar de la de serie de 17”. Es un compacto de reacciones directas, con una dirección precisa -sensible al uso de distintos modos de conducción: Eco, Normal o Sport- y una suspensión bien puesta a punto desde el punto de vista de la seguridad y dinamismo, aunque con estas ruedas no resulta confortable e, incluso, traslada con claridad el ruido que provoca el mal firme. El motor es muy elástico, con una respuesta continua a cualquier régimen. Su consumo homologado se sitúa entre 5,4 y 6,2 l/100km.

Sólo le confort de rodadura al discurrir sobre firmes en estado mejorable entra en el debe del nuevo León cuando se recurren a las llantas más grandes opcionales.

Su precio es de 28.590 euros en versión FR de cinco puertas, en tanto que la nueva gama del León arranca en 26.090: lo que cuesta el 1.0 TSI de 110 CV Style.