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Jerezano sin frontera

  • José Manuel Martín es el mecánico de confianza de Marcos Ramírez, único piloto andaluz en el Mundial: "Esta oportunidad no la podía desaprovechar"

José Manuel Martín 'Lolo', otro jerezano que hace el Mundial, en su caso en el box de Marcos Ramírez.

José Manuel Martín 'Lolo', otro jerezano que hace el Mundial, en su caso en el box de Marcos Ramírez. / vanesa lobo

El jerezano José Manuel Martín Requejo 'Lolo' es el mecánico de toda la vida de Marcos Ramírez, único andaluz en el Mundial de MotoGP. Cuando al piloto de Conil le surgió la oportunidad de hacer todo el Mundial el año pasado de inmediato pidió permiso al equipo para incorporar al jerezano, que no tuvo que pensarse mucho una propuesta de las que no se pueden rechazar.

Lolo tuvo claro "desde chico" que se quería dedicar al mundo del motor: "Estoy con un destornillador en la mano desde que tengo uso de razón; siempre he estado alrededor de las motillos y la mecánica es mi pasión". Su relación con Marcos Ramírez comenzó en 2006: "Lo conocí en una carrera de minimotos en Villamartín. Había que ponerle un tubo de escape y a raíz de ahí empezamos a tener contacto. Venía a que le arreglara las motos hasta que el año pasado le salió la oportunidad de hacer el mundial y le planteó al equipo si yo podía seguir con él de mecánico. Dijeron que sí y aquí estoy".

Pero antes, tuvo que pedir una excedencia en El Motorista, su empresa, para enrolarse en el Bester Capital: "Tengo que decir que no me pusieron traba alguna, al revés, todo han sido facilidades por lo que les estoy muy agradecidos. El jefe me dijo que esta oportunidad no la podía perder. Se han portado fenomenal conmigo y Dios quiera que duremos mucho porque si es difícil llegar, mucho más es mantenerse".

Marcos Ramírez no ha arrancado la temporada al nivel de la pasada, en la que consiguió dos podios (Alemania y Valencia) y estuvo casi siempre en la lucha por las victorias. De cualquier forma, en Austin ya empezó a ver la luz y ayer en Jerez marcó un ilusionante séptimo puesto en los primeros libres. "Nos está costando la misma vida la adaptación. La moto es muy diferente a la del año pasado, que funcionaba perfectamente y a la que sólo le faltaba tener un poquito más de motor. En Austin encontramos por fin el camino pero Marcos tuvo la mala suerte de que lo tiraran en la primera curva. Después de un viaje larguísimo y de un duro fin de semana de trabajo que en la primera curva te fastidien todo lo que has hecho tiene guasa pero, como se suele decir, las carreras son así. Lo mejor fue que tuvimos buenas sensaciones", resalta.

Esas buenas sensaciones siguen en Jerez: "Marcos lo ha pasado mal en los test de pretemporada porque está costando poner la moto a punto pero tiene mucha ilusión este fin de semana. El año pasado hizo una gran carrera aquí acabando cuarto y este año está decidido a rematar lo que se le escapó en 2017".

El mecánico del Bester Capital ve al conileño con potencial para estar en un futuro en MotoGP: "Ojalá, es un sueño y creo que puede llegar, es un piloto valiente y tiene mucho futuro. Moto2 seguro. Aguanta bien la presión, no es un chaval que se ponga nervioso y tiene el plus de tener el respaldo de KTM. Estuvieron en Estados Unidos y le dieron todo el apoyo".

Para un jerezano, estar en el Mundial de MotoGP es "lo máximo, una experiencia muy bonita porque conoces países nuevos, otras culturas, gastronomía... Esto no pasa todos los días. Es una oportunidad que me ha surgido y que no podía desaprovechar".

Hacer el Mundial tiene como contrapartida estar muchas semanas lejos de casa. "Las giras se hacen un poco más pesadas. De Argentina a Jerez tardamos 34 horas y es bastante agobiante pero todo no va a ser bonito, está claro. Yo me siento un privilegiado porque se aprende mucho y estás rodeado de los mejores. Además, mi hijo pequeño cuando me ve por televisión dice que su padre es famoso. Quién me lo iba a decir a mí".

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