Mayo Festivo

Una jornada familiar que queda deslucida por la lluvia

  • El Arenal se queda a medio gas el domingo aunque los fieles a la Feria disfrutan de un día en familia en las casetas · El recinto ganó vida horas después de que cesara la lluvia por completo

No hay manera. La lluvia quiere ser la protagonista del Mayo Festivo y como pasó en las Cruces y en algunos días del Festival de Patios, la Feria también ha comenzado pasada por agua. Si el sábado los chaparrones se concentraron por la mañana para dejar paso a una tarde y noche tranquilas, ayer la borrasca fue más continuada y deslució una jornada en la que tradicionalmente las familias toman El Arenal. A la hora de comer caía una tromba de agua para desgracia de los que, sin tener en cuenta el tiempo, habían decidido ir a la Feria. No quedaba más remedio que resguardarse en una caseta, aunque lo cierto es que la mayoría de ellas tenían ayer demasiados huecos libres para ser domingo. "Este día suele ser fuerte y hay menos gente que el lunes", lamentaban desde la caseta de El Rocío.

Pese a la lluvia, no faltaron los fieles a la fiesta o los que, simplemente, habían programado el domingo como la jornada dedicada a la familia y ya no había tiempo para cambiar de planes. "Aquí dentro se está bien, podemos comer y beber y hasta que no escampe no nos vamos a otro sitio", aseguró Paco Ruiz que, junto con su mujer y sus cuñados, fue alguno de los que desafió a la lluvia. Mientras fuera sonaban truenos y el agua caía a mares, Manuela García pedía un salmorejo. Con traje de flamenca incluido, "nuevo de este año", tampoco puso mala cara a la lluvia. "Este año todas las fiestas están pasadas por agua, pero yo no me voy a quedar en mi casa", apuntó. García acudió a El Arenal a pasar el día "con mis hijos y mis nietos, como todos los años".

Los cordobeses fueron ayer a la Feria con paraguas y con chubasqueros; con chaquetas encima de los vestidos de gitana y hasta botas de agua en lugar de tacones, pero fueron. Eso sí, El Arenal estaba bastante apagado a mediodía y primera hora de la tarde y la mayoría de las casetas se veían medio vacías. Las actuaciones musicales, sin embargo, no paraban en la caseta de la Federación de Peñas, por ejemplo, y en La Reja el ambiente familiar era extraordinario. Porque después de un año esperando la Feria "no nos vamos a echar atrás por unas nubes", comentó Rafael.

Afortunadamente, las nubes comenzaron a calmarse a medida que avanzaba la tarde y El Arenal volvió a recuperar el ritmo de sus mejores domingos. Las familias que no comieron llegaron después al café -o el vino- y los jóvenes que se iban recuperando de una larga noche, también volvieron a la Feria para pasar la tarde entre amigos. Es el triunfo del optimismo frente a la crisis, los recortes o el mal tiempo. Como pasó ayer, el sol volvió a salir tras la tormenta y los cordobeses también se echaron a El Arenal para reivindicar que ahora es el momento de fiesta. Ya habrá tiempo de pensar en otras cosas.

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