Mayo Festivo

La condena de la calle del Infierno

No son pocos los que recuerdan las Ferias en las que con poco más de 500 pesetas -el equivalente a tres euros- se podía uno subir a la Noria, la Nube, el Gusano Loco, el Reloj o la Montaña rusa e incluso repetir en alguno de ellos -solía ser el caso de los Coches de tope, ya que una ficha no resultaba suficiente para chocar con todos y cada uno de los conductores de la pista-. El escenario ha cambiado hasta límites extremos en apenas 20 años y esos tres euros de entonces no dan ni para subir a un cacharrito, ya que los más económicos rondan los 3,5. "Criminal", "infernal" o "de juzgado de guardia" son algunas de las expresiones de las que se valen los padres de familia al abordar las tarifas de las atracciones de El Arenal.

Antonio, uno de los muchos padres que han asomado estos días por el recinto ferial para darle un homenaje a sus hijos, matiza que cada chico -tiene dos- le sale casi a 50 euros al día. En este importe se incluyen desde el globo de helio -a cinco euros-, el refresco -a dos euros-, las golosinas o el paquete de patatas fritas -entre tres y cuatro euros-, el algodón dulce -2,5 euros- y un paseo en algunos de sus cacharritos favoritos. La Montaña rusa pequeña, la Noria, las Minimotos y La Selva son algunos de los que seleccionan sus hijos al llegar a la Feria. "No puedo subirlos a todos, porque, lógicamente, no hay presupuesto para todo", afirma.

Los hijos de Antonio parecen entender el mensaje de austeridad que les lanza su padre -"hoy y no más", les repite-, pero no son pocos los niños que rompen a lloran tras comprobar que sólo una de cada cinco peticiones llegan a buen puerto. En esta situación se encuentra el matrimonio formado por Javier y Teresa. Tienen tres hijos de entre cuatro y diez años y se las ven y se las desean para poder ir un día a la Feria con sus niños. "Les he dicho en casa que sólo se podrían montar en dos o tres cositas, pero, claro, una vez aquí les entran las ganas de más", explica el padre.

También hay padres que optan por una vía más económica. Éstos se llevan a la Feria una mochila con bocadillos, alguna botella de agua y tres o cuatro bolsa de golosinas y patatas para aplacar el hambre de sus hijos. Según ellos, el ahorro es considerable, ya que no tienen que gastar los seis o siete euros que invertirían en comida para cada uno de sus vástagos. "Hay soluciones para todo, sobre todo cuando la crisis aprieta como lo está haciendo este año", asegura uno de ellos al analizar las triquiñuelas que debe hacer cada Feria para que le salgan las cuentas.

Pero la subida de las tarifas no es exclusiva de los clásicos Tiovivo o la Noria o los más novedosos Ratón Vacilón o la Selva y la Jungla Encantada. También las barracas se dejaron llevar y situaron precios de auténtico infarto. La tradicional pesca del patito de agua, las escopetillas de plomos, la carrera de camellos o las porterías de fútbol o balonmano han aumentado de forma notable su coste hasta alcanzar los tres euros, por lo que conseguir el Winnie the pooh o la muñeca deseada pueden irse, como mínimo, a los seis o nueve euros de media. "Lo mejor es irse a la tienda y comprarlo allí", explica uno de los padres.

Las colas que antes se originaban para montarse en una atracción han venido a menos y, salvo en contadas ocasiones, casi que no hay que esperar para subirse al cacharrito. Los feriantes lo han notado y algunos de los encuestados manifiestan que la crisis económica y el mal tiempo han hecho que sus negocios se vengan abajo, con pérdidas de hasta un 20%.

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