La Cata de Vino, que arranca mañana, cumple este año sus bodas de plata, lo que demuestra que esta cita se ha consolidado ya como un imprescindible en el Mayo Festivos cordobés. Así lo considera, al menos, el secretario del Consejo Regulador Montilla Moriles, Manuel López Alejandre, quien presentó ayer el evento junto al concejal de Ferias y Festejos, Marcelino Ferrero. López Alejandre destacó la evolución que ha experimentado esta cita. "Empezamos en el Bulevar el 8 de mayo de 1984 pero pronto nos dimos cuenta de que teníamos que crecer y necesitábamos un espacio más grande". Así, la Cata llegó a la explanada de los Llanos del Pretorio, lugar donde se celebrará este año por última vez. La construcción de unas instalaciones deportivas en esa zona hacen necesario un cambio de emplazamiento que el Ayuntamiento todavía no ha decidido. Según explicó ayer Ferrero, el Paseo Córdoba es uno de los lugares que se baraja, aunque "habrá que seguir buscando por si encontramos alguno mejor". En cualquier caso, el concejal aseguró que "lo más importante es que sea una zona céntrica y pública".

La XXV Cata del Vino Montilla-Moriles, que dispone de 15.025 euros de presupuesto procedentes de las arcas municipales, cuenta en sus bodas de plata con la participación de ocho tabernas y 27 bodegas, que ocuparán un total de 11.000 metros cuadrados. López Alejandre aseguró que esperan superar las 70.000 visitas, después de que el año pasado la lluvia pasara por agua esta celebración. Las entradas se comercializan de manera individual -que incluye cuatro consumiciones y un catavino- y un bono doble -cuatro consumiciones y dos catavinos-. El recinto se inaugurará mañana a las 13:00. El horario de apertura es de 13:00 a 17:00 y de 21:00 a 00:30. Por la mañana, la entrada será gratuita y por la noche sólo se podrá acceder mediante la adquisición de la entrada.

Esta edición rendirá homenaje a la Capitalidad Cultural y al ex concejal del Ayuntamiento Leonardo Rodríguez, gran impulsor de esta cita del mes de mayo. Ferrero resaltó la "estima" que le tenía al edil y que ha contribuido a que sea el protagonista de esta cita. "Leonardo y yo fuimos el matrimonio de la Cata", bromeó el secretario del Consejo Regulador Montilla-Moriles y aseguró que durante la inauguración "brindaremos por él" en un sentido homenaje. López Alejandre reconoció que la celebración de la Cata le ha dado al Mayo Festivo más importancia y ya se trata de un evento consolidado. En cuanto a su evolución, este evento ha contribuido "a dar a conocer determinados tipos de vino". En este sentido, se refirió a la variedad Pale Cream, "que nadie había probado y ahora es un indispensable en la Feria, no sólo de Córdoba sino de otras ciudades como Jaén o Málaga". En estos 25 años, también se ha mejorado "en el control", dijo López Alejandre, porque ya no tenemos la fama del principio de que los niños venían a la cata a emborracharse". También destacó que en la primera Cata se compraron 5.000 catavinos para regalar entre el público asistente, una cantidad que se agotó en un día y medio. Ahora incluso hay una de estas copas que lleva el nombre de Córdoba.