Flamenco

La soleá de Alcalá

  • Antonio Cortés presenta una investigación sobre la familia cantaora más importante del municipio sevillano

Antonio Cortés Escobedo ha trazado en Familias cantaoras: Los Gordos-Paula-Talega la biografía de una de las familias cantaoras más reputadas del municipio sevillano de Alcalá de Guadaíra. En esta saga destacan dos colosos: Joaquín el de la Paula y Juan Talega. El primero es el creador de las variantes por soleá más populares hoy en día, las más grabadas en la historia del flamenco, pese a que su creador no llegó a registrarlas. Por muy poco, según señala Cortés: en 1933 estuvo a punto de viajar a Barcelona para llevar a cabo los registros, pero la enfermedad se lo impidió, tal y como lo relata Cortés. Joaquín Fernández Franco (Alcalá de Guadaíra, 1875-Sevilla, 1933) cantó desde muy joven, por herencia familiar, y participó en la guerra de Cuba, de donde volvió enfermo, según nos cuenta este libro.

Fue precisamente a su regreso de la milicia cuando patentó el cantaor una soleá más parada y solemne que la que se estilaba en aquel momento, debido en buena medida a su merma en las condiciones físicas. Cantaba en locales y ventas, como la famosa Venta de Platilla o en la feria de Mairena, donde tenía una caseta llamada El Descrédito, según señala Cortés. Varios de sus sobrinos fueron cantaores profesionales, destacando entre todos ellos Juan Talega.

Talega, de nombre real Juan Agustín Fernández Vargas (Dos Hermanas, 1891-1971), llevó su arte al disco, a diferencia de su célebre tío. Eso sí, ya en su vejez, pues se dio a conocer al gran público con 68 años, edad con la que obtuvo primeros premios en el concurso de Córdoba de 1959. En la década siguiente se convirtió en un habitual en los festivales de verano de su zona, registrando como hemos dicho una serie de grabaciones fundamentales.

Manuel Fernández Cruz (1904-1966), más conocido como Manolito de María, fue uno de los responsables del efecto Pohren, expresión acuñada por Paco de Lucía: fue uno de los héroes retratados en el libro Una forma de vida de Donn E. Pohren. Al margen de costumbrismos, Manolito de María era un cantaor excepcional como prueban sus grabaciones, incluidas en el renombrado Archivo del cante flamenco (1968) de Vergara y uno de los trasmisores de los cantes de su tío Joaquín el de la Paula.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios