Revista Zoco Flamenco | Crítica

Romántico Riqueni

  • La revista 'Zoco Flamenco' celebra sus cinco años de vida con un número especial

El profesor Norberto Torres dedica un artículo de la revista a analizar la discografía de Rafael Riqueni.

El profesor Norberto Torres dedica un artículo de la revista a analizar la discografía de Rafael Riqueni.

La revista Zoco Flamenco celebra sus cinco años de vida con un número especial que incluye algunos trabajos firmados por plumas flamencas de la talla de José María Velázquez Gaztelu, que incluye un poema inédito, José María Castaño, Norberto Torres, María Jesús Castro o Lluis Cabrera. Norberto Torres lleva cabo un repaso por la discografía de Rafael Riqueni subrayando sus conexiones con el músico romántico Chopin. Ambos, según Torres, poseen un concepto nuevo de "la armonía, la melodía, el ritmo y el diseño" de la composición. En Juego de niños (1986) ya se evidencia la delicadeza de su toque, frente a la contundencia imperante en la guitarra de los ochenta, así como búsquedas armónicas notables en la soleá. Inspirado en el Niño Ricardo y Turina, se empeña en "sugerir más que decir" lo que supone una auténtica revolución, que no ruptura. Flamenco (1988) rompe con el concepto del combo flamenco imperante en la guitarra al prescindir de acompañantes e, incluso, del recurrente uso de la reverberación. A nivel armónico las mayores novedades vienen en forma de bulería por soleá, siempre según el criterio de Torres. Alegrías, garrotín y tangos son los pasos adelante, o al lado, que propone en Mi tiempo (1990), donde el músico vuelve a la fórmula de grupo, en este caso una formación de cámara que incluye una sección de cuerda. La Suite Sevilla (1993), escrita junto a José María Gallardo es una evocación de la ciudad natal del guitarrista con la Iberia de Albéniz como modelo. Su veneración por la tradición flamenca se concreta en Maestros (1994), personal visión de sus temas favoritos de Niño Ricardo, Sabicas y Esteban de Sanlúcar, es decir, algunos de los clásicos de la guitarra flamenca del siglo XX. Su obra grabada se completa con Alcázar de cristal (1996) y Parque de María Luisa (2017), otras dos obras maestras.

Portada del último número de la revista. Portada del último número de la revista.

Portada del último número de la revista.

María Jesús Castro, por su parte, dedica un trabajo a Rito y geografía del cante, en concreto a los capítulos de la serie protagonizados por mujeres. Así, hace un repaso a las voces de Tía Anica la Periñaca, La Paquera, Fernanda de Utrera, La Perla de Cádiz, etc. Ana Blanco Soto, La Periñaca para el flamenco, Jerez de la Frontera, 1899-1987, se dio a conocer al gran público con la Antología del cante flamenco y cante gitano en 1960. Hasta ese momento cantaba en ventas de su ciudad natal. Participó en festivales y grabó dos discos al final de los 70 con la guitarra de Diego Carrasco. Interviene también en el Archivo del Cante flamenco de Vergara (1968). Sus memorias las publicó Ortiz Nuevo en 1987. Rito y geografía del cante le dedicó un programa monográfico, aunque intervino también en los capítulos dedicados a las seguiriyas y los martinetes. Nacida en 1934, La Paquera fue el nombre artístico de Francisca Méndez Garrido. Estrella de los tablaos en los sesenta y de los festivales en los setenta. Su discografía es inmensa, se inicia en los cincuenta en formato de disco de pizarra. Fue premio Niña de los Peines en Córdoba en 1971 y recibió la Copa Jerez de la Cátedra de Flamencología. Participó en las películas La copla andaluza (1959), al principio de su carrera, Los duendes de Andalucía (1964) y Flamenco de Saura, en 1995. Murió 2004. El capítulo de televisión en el que aparece es uno de los mejores de la serie donde canta de manera soberbia por bulerías. Fernanda nació en Utrera en 1924 y desde su irrupción el mundo flamenco se rindió a su rajo sucediéndose los reconocimientos, tanto en el ámbito jondo (Premio Nacional en Córdoba, 1959, junto a su hermana, Compás del Cante, 1989) como en el meramente institucional (Hija Predilecta de Utrera 1994 y de la provincia de Sevilla, 2006, Medalla de Plata de Andalucía, 1994). Murió en 2006. La Perla de Cádiz (Antonia Gilabert Vargas, 1925-1975) fue, junto al Chaqueta, la intérprete que más influyó en la vocación cantaora de Camarón, según propia confesión del de San Fernando. Cantó en los tablaos Los Canasteros, El Duende, Torres Bermejas, y El Corral de la Morería de Madrid. En Sevilla en El Guajiro y Los Gallos y en Cádiz en El Pájaro Azul y en el suyo propio.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios