Zarzuela

'La Bruja'

  • Zarzuela por todo lo alto.

La zarzuela moderna, la que nace en la década de los cuarenta del siglo XIX, tuvo que luchar desde su nacimiento contra el modelo referencial de la ópera. De hecho, el nacimiento de este género se produce como reacción contra el predominio de la ópera italiana, un predominio que obligaba a los compositores españoles a escribir óperas en italiano si querían ver representadas sus creaciones. No era una discusión nueva, sino que venía ya de finales del siglo XVIII, cuando la tonadilla escénica se desarrolla como contestación casticista a la estética del italianismo en boga y cuando un decreto obligó a cantar todas las óperas en español para favorecer la creación hispana.

Desde entonces, con las primeras zarzuelas románticas (Herrando, Gaztambide, Barbieri), los compositores vivieron una relación de amor-odio respecto a la ópera. Por una parte, era el enemigo a batir, el rival de los escenarios y del gusto del público, lo que obligaba a los compositores a buscar un lenguaje musical basado en las tradiciones españolas y en la música popular. Pero, por otro lado, la ópera había desarrollado una lógica interna tan fuerte en lo respectivo a la relación música-palabra-acción escénica, que era muy difícil para cualquier compositor dramático español el sustraerse a la fascinación por las arias de bravura, el virtuosismo vocal, los dúos arrebatados y los concertantes de fuerte impacto escénico.

Tras la generación de los primeros zarzuelistas, el relevo en el combate por la consolidación de un género dramático-musical español lo toman Bretón y Chapí. El primero apostó más por crear una verdadera ópera española, aunque haya pasado a la Historia por una obra menor como La verbena de la Paloma. También tentaría Chapí a la ópera, pero el de Villena triunfaría más bien en el desarrollo de una zarzuela grande, en tres actos y que, sin renunciar a ciertos estilemas operísticos, recrea una música de inequívoco aire español. En este sentido, La Bruja es su obra maestra en el género grande. Estrenada en el Teatro de la Zarzuela el 10 de diciembre de 1887, muestra una ambición creativa fuera de lo común, desde su mismo argumento (Ramos Carrión y Vital Aza), ambientado en la  Navarra de fines del siglo XVII, hasta el aliento sinfónico de la escritura orquestal, pasando por momentos vocales de altos vuelos, como la narración de Leonardo o el concertante del final del segundo acto. Pero no por ello olvida Chapí las raices hispánicas, tan presentes en la famosa jota y en las intervenciones de los personajes populares. Una buena muestra, pues, de lo mejor del género.


Programa:

Música de Ruperto Chapí. Dirección musical José Miguel Pérez Sierra l Dirección de escena Luis Olmos l Escenografía Gabriel Carrascal l Vestuario María Luisa Engel l  Producción del Teatro de la Zarzuela de Madrid l Reparto Nancy F. Herrera, José Bros, Carmen Serrano, Albert Montserrat. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Coro de la      A. A. Teatro de la Maestranza 

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