Hay anuncios televisivos que se esperan como agua de mayo en las fiestas navideñas. Las burbujas de Freixenet, las melodías de los turrones y "volver a casa por Navidad" o el de la Lotería, son algunos de los claros ejemplos de que sin este tipo de spots, estas fechas tan señaladas tendrían un sabor agridulce. Muchas familias tienen como costumbre reunirse alrededor del brasero y disfrutar de este tipo de creaciones que no dejan indiferente a nadie.

Este año, la Lotería de Navidad ha vuelto a emocionar con una historia que recorre la vida desde los años cuarenta hasta nuestros días. Un anuncio que atesora un contenido fotográfico y audiovisual de gran calidad bajo un lema que recoge todo lo vivido: "Compartir como siempre. Compartir como nunca".

Han sido muchos los profesionales del sector que se han entregado para seguir haciendo historia en un formato que es igual de fundamental que el propio sorteo del 22 de diciembre. El departamento de Publicidad de Loterías y Apuestas del Estado ha puesto mucho esfuerzo para poder transmitir la esencia de este sorteo. Además, Fede Fernández, jefe de la sección, ha comentado que siempre se intenta estar "muy cerca de la gente y este año había que estarlo de la forma más especial".

Una construcción perfecta de cada década, en la que no ha faltado ni el más mínimo detalle. En palabras de Gonzalo Urriza, director creativo de Contrapunto BBDO, se ha querido ver "cómo se ha compartido en el pasado para poner en valor la forma de compartirlo este año". Otro de los especialistas que ha formado parte de la composición ha sido el realizador, Nacho Gayán, que vio clave la necesidad de tener el ojo muy puesto "en los personajes, en hacer una película humana y emocional".

Los anuncios de la Lotería han querido evitar siempre la superficialidad y buscar más los motivos emocionales, esos que erizan la piel. Para ello, el arte ha sido una pieza clave en la reconstrucción de las épocas y en hacer florecer sentimientos con tan solo un mueble. En este sentido, Ana Alvar González, componente de la dirección artística, afirmó que han querido captar el momento, "las localizaciones, qué hay que construir y buscar elementos para ese decorado".

Una estación y un tren de época que funciona a la perfección, una fábrica abandonada, 140 máquinas de escribir de un modelo que ya no se fabrica y la recreación de una ciudad de los años 50' a la que no le faltan las tiendas y comercios típicos. En definitiva, el anuncio de este año es una auténtica obra de arte: