Producción en el Casco Histórico

Un retrato de la vida andaluza con evocadoras imágenes lorquianas

  • El cante de Gemma Cumplido, la guitarra de Manuel Flores y un cuerpo de actores-bailores darán relieve a los versos del Romancero Gitano.

Los versos del Romancero Gitano de Federico García Lorca envolverán la Noche Blanca del Flamenco el próximo 21 de junio en la plaza del Cardenal Salazar, un espacio en plena Judería de Córdoba que mezcla arquitectura e historia. La obra cumbre del poeta granadino ajusticiado en los albores de la Guerra  Civil dará relieve a una composición flamenco-teatral repleta de imágenes lorquianas.

Bajo el nombre de Lorqueando, el Ayuntamiento de Córdoba regala a los espectadores allí presentes un abanico cultural que muestra el aire fresco del común imaginario andaluz a través del cante en sus formas más primitivas, el baile de expresión más dramática y la guitarra más evocadora y sugerente.

Para esta ocasión tan especial y con tanto sentido flamenco, la organización se ha fijado en la cantaora Gemma Cumplido, el guitarrista Manuel Flores y los actores-bailaores Araceli Molina, Celia Bugallo, Virginia Ureña, Marcos Morales, Carlos Jurado y José A. Pérez.     

‘Romancero gitano’. El Romancero Gitano es una obra poética publicada en 1928 y ambientada en Andalucía. Está compuesta por dieciocho romances con temas como la noche, la muerte, el cielo, la luna. Todos los poemas tienen algo en común: tratan la cultura gitana. Federico García Lorca hace muchas descripciones a modo de gitanos.

Presenta una gran síntesis entre la poesía popular y la alta, transcurre entre dos motivos centrales, Andalucía y los gitanos, tratados de manera metafórica y mítica.

La obra refleja las penas de un pueblo perseguido que vive al margen de la sociedad y que se ve perseguido por los representantes de la autoridad, y por su lucha contra esa autoridad represiva. El libro tiene mucha sensualidad y muchas metáforas que marcan la historia.

Lorca pretende fundir el lenguaje narrativo con el lírico, sin que ninguno de ellos pierda su calidad. Recoge así la tradición del romancero: historias que comienzan en in media res y tienen un final inacabado, descripciones y narrador y diálogos en estilo directo entre los personajes que, en ocasiones, se amplía al narrador. Se trata de una historia de amor y sangre, un ambiente lírico que lo envuelve todo y dos personajes que dialogan en un boceto del drama.

Formado por pequeños versos, gana mucha importancia y es uno de los más conocidos de Lorca, que estiliza el mundo gitano, alejado del costumbrismo y tipismo folclórico.

Se puede dividir la obra en dos series, dejando a un lado los tres de los arcángeles que simbolizan a Córdoba, Granada y Sevilla. La primera serie es más lírica, con la presencia dominante de las mujeres, la segunda es más épica y predominan los hombres. El gitano, por sus creencias y código, choca con dos realidades; el amor y los otros que invaden sus derechos o prestigio, gente de su propia raza o la sociedad que los margina y oprime, cuyo brazo armado es la Guardia Civil, y suele desembocar en sangre y muerte. El amor, el derecho personal y las creencias llevan a la muerte o herida moral de difícil curación. Un romance destacable es el de la Guardia Civil española, que no es representado con mucha simpatía y que toma en la obra un papel antagónico. Los personajes, caracterizados como gitanos, mantienen sus ideologías y rasgos. El tratamiento de los hombres y mujeres de la obra es muy tradicional, condicionado a la época.

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