Cante y toque

El ’Rincón del Cante’ acogerá un concierto con sello cordobés

  • La peña flamenca ha sido incluida en el programa cultural con el que el Ayuntamiento de Córdoba ha querido destacar la importante labor de estos centros.

La Noche Blanca del Flamenco también abre su programación a las peñas, esos espacios que en siglos pasados han recogido la esencia de esta manifestación popular y que mucho han hecho por su difusión y magnitud. De los ocho establecimientos que participarán la noche del próximo 21 de junio, destaca el Rincón del Cante, una de las más antiguas de la provincia de Córdoba.

En la peña flamenca situada en la calle Arquitecto Asensio actuarán el cantaor Juan Antonio Camino y el guitarrista Antonio García Migueles, una pareja artística que ya se ha subido a escenarios de importantes festivales, encuentros y certámenes.

Fue a partir de 1949 cuando el movimiento peñístico flamenco andaluz comenzó a manifestarse. En Córdoba está el Rincón del Cante y la Antonio Fernández Díaz Fosforito como las más emblemáticas. Una vez que el prestigio y la labor desarrollada por éstas a favor del flamenco trasciendieron de sus ámbitos locales, los aficionados de los pueblos de Andalucía retomaron la iniciativa y surgieron peñas flamencas hasta llegar a las 400 en Andalucía, federadas en la Confederación de Peñas Flamencas de Andalucía.

Ayer y hoy. Las peñas flamencas han sido desde su aparición, verdaderos lugares de culto al flamenco. Allí se reunían los aficionados para hablar y disfrutar del arte. La peña era el campo de ensayo del artista donde se probaba, cantando, tocando y bailando, ante un público o una reunión en la que el artista se sentía respaldado y comprendido, al tiempo que sabía que se le estaba exigiendo más que en ningún otro sitio.

El flamenco tiene entre los jóvenes una implantación que no tenía hace años. Las peñas necesitan abrir la puerta a los jóvenes. Un pueblo que no cuida a sus mayores y a sus jóvenes está abocado al desastre. Hacer esto significa negar a los viejos la posibilidad de enseñar y a los jóvenes la necesidad de aprender.

Los fines primordiales que estas entidades recogen en sus estatutos, general y principalmente son los de estudio, conservación y difusión del flamenco. Para lograrlos, las mismas organizan recitales periódicos en sus sedes, concursos de artísticas noveles (en las tres facetas del flamenco, cante, toque y baile), semanas de estudios flamencos y, en función de las ayudas institucionales que reciben, un festival flamenco.

Las peñas flamencas han sido y son organismos imprescindibles en el entramado flamenco de antes y de ahora. Su papel en la sociedad que las acoge las hace ser lugares de encuentro y de comunicación, tan importantes hoy en esta sociedad de las prisas y el desprecio de los valores como el de la amistad y la solidaridad.

La labor de las peñas. Como tampoco se puede negar su papel de escuelas de cuyas aulas han salido grandes artistas. Las peñas flamencas organizan la práctica totalidad de los concursos, los mejores ciclos culturales, flamencos, los encuentros de Peñas Flamencas, los talleres de cante, toque o baile.

También publican producciones discográficas y/o bibliográficas y de ellas han salido las principales revistas especializadas. Las peñas flamencas siempre han creído y siguen creyendo que se podía y se puede realizar una labor en pro del arte flamenco imprescindible e impagable, “aunque no siempre justamente reconocida”, aseguran algunas.

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