Gastronomía

Flamenco a pedir de boca recorre los sabores típicos de la ciudad

  • Una decena de tabernas de la ciudad permanecerán abiertas desde las 21.00 horas hasta las 7.00 horas para ofrecer un variedad de platos tradicionales.

La taberna cordobesa es el templo de la gastronomía local y del flamenco, cuyos maestros más significativos visitaban frecuentemente estos espacios repartidos en su mayor parte por el Casco Histórico de Córdoba.

La Noche Blanca del Flamenco acercará estos lugares al público en general que quiera participar el próximo 21 de junio de la gran madrugada de la cultura en la ciudad. De esta forma, según indica el Ayuntamiento de Córdoba, una decena de tabernas típicas (aún se desconoce el número concreto) servirán, a través de Flamenco a pedir de boca, los mejores manjares de la gastronomía cordobesa, en horario de 21.00 a 7.00 horas.

Los visitantes que recorran el itinerario creado para tal ocasión disfrutarán de tapas y platos tan representativos como el salmorejo cordobés, los callos a la cordobesa, el flamenquín o el potaje gitano. Los asistentes a los establecimientos degustarán los platos, a la vez que disfrutan de un espectáculo flamenco.

Las tabernas que permanecerán abiertas  durante la madrugada serán las que se localicen junto a las calles y plazas en las que se sitúan los espectáculos flamencos, como son los casos de las ubicadas en las Tendillas, la Corredera, el Potro o el Vial Norte.   

gastronomía flamenca

La cocina que se mostrará durante la I Noche Blanca del Flamenco se basa en la gastronomía flamenca, cuyos ingredientes y preparación fueron tratados en las V Jornadas Gastronómicas de la Cazuela y los Guisos, encuentro organizado en Córdoba por Hostecor y el Ayuntamiento de Córdoba entre el pasado 22 de febrero y el 2 de marzo.

En dichas jornadas se presentaron 96 platos diferentes  relacionados con la cultura del flamenco, entre ellos el potaje gitano, el cocido andaluz, los callos a la cordobesa, los andrajos, los zarangollos o la berza gitana, entre otros. Todos estos platos se pudieron degustar en los 20 establecimientos de la ciudad que participaron en el pasado, más tres de la provincia, ya que localidades como Rute, Cañete de las Torres y Bujalance se sumaron a las jornadas. Los establecimientos adheridos ofrecieron al público que se acercó durante estos días una carta con algunos de estos platos basados en la cultura gitana y el flamenco, guisos y platos en su mayoría de cuchara y cazuela, al que cada establecimiento puso libremente el precio. La taberna cordobesa, en general, bien merece un homenaje así. Apostar por su recuperación es hacerlo por revitalizar esos pequeños paraísos del placer donde anida la tolerancia y la amistad. Recuperar la taberna como lugar de encuentro, es apostar por oxigenar la cultura hedonista y por rejuvenecer estos rincones pletóricos de sencillez ascética y casi monacal.

La taberna y el vino. Hablar de la taberna es tan antiguo como hablar de la vid y del vino, porque este espacio vital aparece íntimamente vinculado a la historia milenaria de este cultivo.

La taberna refleja un viejo y singular pasado vivencial, a modo de antiguo testamento, que nos recuerda en gran medida la exaltación y culto que griegos, romanos y paganos tuvieron por Dionisios y Baco, respectivamente. Al igual que el cuerno lleno de vino que acariciaba Baco en sus manos, símbolo de la alegría de la vida, la taberna-vinariae es un espacio ritual y natural para el desarrollo comunitario. Ella atesora sueños, pensamientos y alegrías.

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