La Audiencia de Sevilla fue testigo la semana pasada de un hecho poco habitual: la exclusión como miembro de un jurado popular de un joven que no sabía leer ni escribir, una de las causas que eximen de participar en este tipo de juicios pero que normalmente se aplican a personas de edad avanzada.

Ocurrió durante la constitución del jurado popular que enjuició a un magrebí de 35 años por el homicidio de otro hombre en la barriada de Los Pajaritos.

Ser analfabeto es una de las razones que la ley prevé para no formar parte de un jurado, pero en este caso el joven no lo alegó cuando tuvo que responder al cuestionario de la Audiencia, sino que su novia rellenó los papeles por él y de hecho también lo acompañó a la sesión constitutiva del jurado.

Dicho cuestionario se envía a 35 personas elegidas por sorteo y en él los futuros jurados deben alegar posibles causas de incapacidad, incompatibilidad, prohibición o excusa. También se les informa sobre la función para la que son llamados.

Las causas para excusarse de participar en un jurado popular son ser mayor de 65, no saber leer y escribir, estar física o psíquicamente incapacitado y no estar empadronado en un municipio de Sevilla.

Cuando llegó el momento del interrogatorio a los futuros miembros del jurado (9 titulares y dos suplentes) sobre las causas de incapacidad fue cuando la magistrada presidente, el fiscal y los abogados se percataron de esta circunstancia personal del joven. 

Todas las partes coincidieron en su exclusión del jurado, sin necesidad de agotar las cuatro recusaciones de que dispone cada parte para apartar a una persona que consideren no idónea por su falta de imparcialidad.

Finalmente el jurado popular se constituyó sin este joven (que reside en un municipio agrícola de la provincia de Sevilla) y este lunes emitió por unanimidad un veredicto de culpabilidad del procesado O.M.