Urbanismo

El Molino de la Vega se asoma a la ría con el derribo de las naves de Dimarosa

  • La manzana frente al Francés y el Mercadona habilita un espacio de más de 7.500m2

  • El planeamiento contempla la construcción de viviendas, ya como suelo residencial

Frontal de las naves de Dimarosa que será derribado en los próximos días en el Paseo de la Glorieta, una de las grandes arterias que delimitan la barriada del Molino de la Vega.

Frontal de las naves de Dimarosa que será derribado en los próximos días en el Paseo de la Glorieta, una de las grandes arterias que delimitan la barriada del Molino de la Vega. / Josué Correa

La barriada del Molino de la Vega se dispone a sufrir una importante transformación con la apertura de su trasera a la ría. Durante los próximos días se va a completar el derribo de las antiguas naves industriales de Mariscos Rodríguez (Dimarosa) en el Paseo de la Glorieta, frente al Colegio Moliere, que habilitará un espacio de más de 7.500 metros cuadrados y despejará esa esquina para abrir el vecindario hacia la fachada comercial del Odiel. No hay nuevos proyectos en marcha pero con este paso queda un poco más cerca la renovación del barrio a lo largo de la avenida de su mismo nombre, que es uno de los accesos principales a la ciudad.

Los trabajos comenzaron hace un mes y se encuentran al 80% de su ejecución prevista. El propietario, Mariscos Rodríguez SA, ha solicitado el derribo de las construcciones comprendidas entre los números 28 y 36 del Paseo de la Glorieta Norte; los números 3 y 5 de la calle Lucena del Puerto; y el número 26 de la calle Bollullos Par del Condado, que discurre paralela al Paseo.

En total, el espacio de derribo supone una superficie de 7.583 metros cuadrados, con un volumen de 42.074m3, según información facilitada por el Ayuntamiento de Huelva a preguntas de este periódico. Además, el volumen de residuos previsto asciende a unos 9.200m3.

Las parcelas de los solares resultantes forman parte de una misma Unidad de Ejecución, la número 25, en la manzana delimitada por las calles mencionadas, como parte del Plan Especial de Barriadas del Molino de la Vega, aprobado en 2003, también para La Navidad y Las Colonias.

Plano con la Unidad de Ejecución 25.1 del Molino, afectada por los derribos, recogida en las Ordenanzas de esta unidad. Plano  con la Unidad de Ejecución 25.1 del Molino, afectada por los derribos, recogida en las Ordenanzas  de esta unidad.

Plano con la Unidad de Ejecución 25.1 del Molino, afectada por los derribos, recogida en las Ordenanzas de esta unidad. / M.G.

Ya en el momento de la tramitación del planeamiento se apuntaba al cambio de la calificación del suelo, de industrial a residencial en toda la trasera del Molino, donde las naves han marcado la propia idiosincrasia de esta parte de la ciudad durante más de cien años.

De forma más específica, las Ordenanzas de la Unidad de Ejecución 25 se elaboraron en 2005, dividiendo la zona en seis subunidades y contemplando para cada una de ellas la edificabilidad residencial, sin dejar de cumplir lo marcado, en cuanto a las normas generales de actuación. En este sentido, el Plan establece que se garantice la imagen unitaria de todas las zonas públicas, además de la obligación de continuar con el parque previsto en el frente de la avenida Molino de la Vega delimitado por la calle Alcotán.

Ya en las últimas actuaciones realizadas desde finales de 2019 en los parques Puerta del Odiel y Molino de la Vega se avanzaba desde el Ayuntamiento la necesidad de favorecer la conexión de la barriada con esta zona comercial, que se verá también en breve ampliada con la esperada apertura de la Ciudad del Marisco.

En este sentido, la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que está ahora en marcha está llamada a recoger la transformación del espacio trasero de la barriada, con el objetivo de reforzar la unión y permeabilidad de la barriada hacia la fachada comercial del Odiel y la ría.

Vista general del gran espacio que quedará libre tras los derribos actuales. Vista general del gran espacio que quedará libre tras los derribos actuales.

Vista general del gran espacio que quedará libre tras los derribos actuales. / Josué Correa

Con varios proyectos inmobiliarios paralizados en la zona desde la recesión de 2008, los vecinos se han venido quejando de la degradación de estos espacios, en los que uno de los últimos episodios sufridos fue el incendio de una nave okupada en el tramo final de la calle Santiago Apóstol, que llevó a su derribo en julio pasado por el riesgo de colapso.

Las actuaciones en marcha ahora en las antiguas instalaciones de Dimarosa prevén la limpieza del solar una vez concluya el derribo. Tras esto se instalará un vallado de protección en la alineación oficial de las parcelas, de al menos 2 metros y medio de altura, realizado con materiales que ofrezcan seguridad y decoro.

Desde Urbanismo también se obliga al tratamiento de medianeras en caso de no existir, en el momento de la demolición, licencia de obras en el proyecto de edificación previsto en el solar.

De hecho, hasta el momento no se ha presentado ningún proyecto de construcción en las parcelas de la manzana. Y en cualquier caso, antes de dejar vía libre a la edificación en esta zona, se deben tramitar y aprobar los correspondientes proyectos de reparcelación y urbanización de las distintas subunidades de ejecución resultantes en la número 25 tras la redacción del Plan Especial de Barriadas relativa al Molino de la Vega hace ya 18 años.

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