Los Reyes estuvieron apenas siete horas en Viena (Austria) durante un viaje oficial exprés, justo el día después del cumpleaños de Felipe VI. A pesar de la apretada agenda, la fecha no fue pasada por alto por el presidente federal del país, Alexander Van Der Bellen, y su esposa, Doris Schmidauer, quienes agasajaron al monarca con una tarta sacher, típica de su país, por su 54 aniversario, que se sirvió como postre en el almuerzo celebrado en el palacio imperial de Hofburg, que en su momento fue residencia real, de la dinastía de los Habsburgo y de los emperadores de Austria y de Austria- Hungría, y actualmente es el domicilio del presidente de la República.

Los Reyes, frente al monumento de la plaza Albertina en Viena.

No fue el único guiño a los soberanos españoles durante la comida. El menú se abrió con un gazpacho como entrante, seguido de perca del lago Neusiedl, lomo de venado de los bosques de Viena y strudel de manzana. El almuerzo estuvo elaborado por el chef Juan Amador, célebre cocinero alemán, hijo de emigrantes españoles, que por cierto tiene un restaurante con tres estrellas Michelin en la capital austriaca.

Algunos de los platos que degustaron los Reyes en Viena en el 'stories' del chef Juan Amador.

Durante el recorrido por el centro, antes de hacer una ofrenda floral en memoria de las víctimas del nacionalsocialismo, especialmente de los españoles que fallecieron en Mauthausen, los Reyes se pararon en la propia plaza Albertina y sus aledaños para firmar autógrafos a algunos curiosos, muchos de ellos españoles, que se habían acercado a verlos.

Don Felipe y Doña Letizia firmando autógrafos en Viena.

Según el periódico Kleine Zeitung, Felipe VI también recibió otro presente: una raqueta de tenis roja y blanca, los colores de la bandera de Austria. El Rey comentó entonces que la jornada anterior, la de su cumpleaños, había estado presente en el partido que dio la victoria a Rafa Nadal en el Abierto de Australia.