Julian Herbert Folke de Suecia, el octavo nieto de los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, ha sido bautizado este sábado en la Capilla Real del Palacio de Drottningholm, situado a las afueras de Estocolmo. La ceremonia ha sido la primera en estos tiempos de pandemia y en ella se han seguido estrictamente las normas sanitarias dictadas en Suecia. Eso sí, al bautizo han asistido alrededor de 80 personas, algunos más de los esperados, entre familiares y amigos íntimos del matrimonio formado por Carlos Felipe y Sofía, los padres del pequeño, nacido el pasado 26 de marzo.

Carlos Felipe y Sofía, a las puertas del palacio, tras el bautizo de su hijo menor.

A partir de las once de la mañana cuando comenzaron a llegar los invitados al Palacio de Drottningholm. Entre los asistentes se encontraban, por supuesto, los abuelos del bebé, Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia, así como las dos tías de Julián: las princesas Victoria y Magdalena, con sus respectivas familias. También han podido estar presentes otros miembros de la familia real sueca, así como la familia de Sofía Hellqvist y los cinco padrinos de Julián: Johan y Stina Andersson, Jacob Högfeldt, Patrick Sommerlath y Frida Vesterberg, todos ellos amigos de la pareja.

El sacerdote levanta al bebé tras recibir las aguas bautismales este sábado en Estocolmo.

La madre del protagonista de la jornada ha vestido para tan importante ocasión un vestido bordado de coloridas flores que conjuntaba perfectamente con la decoración de la Capilla Real, repleta de flores. Se trata de un diseño firmado por Etro con cuello pico, mangas largas con puño y bordados florales en escote, pecho y mangas, así como corte debajo del pecho muy favorecedor. Lo acompañó con un tradicional tocado sueco de cinta a modo de diadema con un maxi lazo que recogía su pelo en un moño sin ocultar su flequillo.

La princesa Magdalena, a su llegada al templo.

También estampados eran los vestidos de las tías de Julián, Victoria y Magdalena de Suecia. La heredera al trono optó por los tonos rosas y violetas, mientras que su hermana prefirió el celeste y los volantes. La reina Silvia, fiel a su estilo, se decantó por un vestido agua marina con tocado de casquete a juego.

Los reyes Carlos Gustavo y Silvia.

Además de Juián, el otro niño que ha acaparado todas las miradas ha sido el príncipe Gabriel, uno de sus dos hermanos, de casi cuatro años, quien durante la ceremonia religiosa dedicó gestos de cariño a su hermano pequeño. Tanto Gabriel como Alejandro, los hijos mayores de Carlos Felipe y Sofía, vestían trajes de lino y camisas blancas.

El guardia desmayado por el sofocante calor.

La otra anécdota del día ha sido el desmayo de de un miembro de la Guardia Real que esperaba a las puertas del templo la llegada de la comitiva. Debido a las altas temperaturas, el hombre no ha podido evitar caerse al suelobtras sufrir una lipotimia.