Destino mediático

¿Puede convertirse Joaquín en otro Jesulín de Ubrique?

Joaquín se baja los pantalones ante Mercedes Milá, tal como hizo Jesulín hace 30 años

Joaquín se baja los pantalones ante Mercedes Milá, tal como hizo Jesulín hace 30 años / Atresmedia

¿Es Joaquín un nuevo Jesulín de Ubrique? El torero de la sierra gaditana se convirtió hace 30 años en un ídolo para las jóvenes de aquel momento y seducía a las madres, gustaba a ras de tierra y a los abuelos, con su espontaneidad. Frente al semblante de los maestros del ruedo, señores adultos, formales, canónicos, aparecía este adolescente en traje de luces que se sentía a gusto en los platós televisivos.

La televisión privada apenas arrancaba cuando Jesulín, en la primavera del 92, se bajaba los pantalones en el programa de Mercedes Milá, Queremos saber, en una Antena 3 que empezaba a ganar notoridad, para enseñar las primeras cornadas que le había dado la vida.

Sin complejos, Jesulín saltó sin respiro a las portadas y a todos los programas que precisaran las presencia de un jovenzuelo sin filtros. Su estampa en calzoncillos dio la vuelta al mundo por una osadía que entonces rozaba el escándalo (y no se sabría calibrar en qué proporción fue orquestada). De llamar la atención sin querer, Jesús Janeiro acrecentó su caché en los ruedos con su vertiente mediática mientras su apoderado, Manuel Morilla, se frotaba las manos. Los programas del corazón diarios no existían aún en las parrillas pero personajes así empujaban a que nacieran y los jaleara el público. Jesulín acabaría devorado por la picadora.  

María José Campanario y su marido, Jesulín de Ubrique, en una foto de archivo. María José Campanario y su marido, Jesulín de Ubrique, en una foto de archivo.

María José Campanario y su marido, Jesulín de Ubrique, en una foto de archivo. / Gtres

El ubriqueño sólo tenía 18 años cuando le halló este pelotazo de followers sin que nadie hubiera imaginado una red social virtual. Generó un fenómeno fan similar al de un cantante de Los 40 Principales y su presencia en la tele se sentía necesaria en cualquier programa de entretenimiento del prime time. Hola, Raffaella, ¿Qué apostamos?, De tú a tú... Si alguien se bajaba los pantalones en pantalla y se jugaba la vida ante un toro se podía esperar de él cualquier cosa. Él por su parte amasó millones de pesetas mientras batía récords de faenas (hasta tres en una jornada). Abusó de su posición.

Joaquín Sánchez. Joaquín Sánchez.

Joaquín Sánchez. / Juan Carlos Muñoz

Joaquín Sánchez, personaje de otro tiempo y con otra edad, tiene 41 años y lleva más de media vida como jugador de fútbol profesional, dentro de la disciplina y rigores de un grupo, adaptándose al carisma diferente de distintos clubes de primer nivel, recibiendo la presión de estadios y jugadores de todo pelaje, y sosteniendo la responsabilidad de ser líder en la institución que le dio la oportunidad. Es fiel a sí mismo en el banquillo o en el terreno de juego

Su éxito popular, llamémosle de carácter generalista, le halló ya treintañero, como fábrica de chistes, con sus vídeos musicales en las redes (sí, con predilección por que se le vean los calzoncillos) y sus apariciones, apenas esporádicas, en los programas de televisión. En una rueda de prensa continua,  hace bien su trabajo con el balón, así que lo de caer simpático es un extra que acepta una mayoría. Jesulín siempre fue cuestionado por la vertiente más clasicista de la tauromaquia, así que lo de caer simpático podía tener fecha de caducidad en cuanto las cosas se torcieran. Y así fue. El de Ubrique, con su finca y tal, siempre pecó de ostentoso. Joaquín, por contra, despierta una imagen de 'obrero' bien posicionado frente a los elitistas Cristianos del fútbol. Sus ocurrencias como la de su inexistente afición al tenis o la del italiano macarrónico son anécdotas de vídeos virales que se celebran.

Joaquín en su programa debut con Dabiz Muñoz Joaquín en su programa debut con Dabiz Muñoz

Joaquín en su programa debut con Dabiz Muñoz

Pese a que ya viviera su primer Mundial, destacando además, hace 20 años, y fuera ya conocido por todos los españoles, este Joaquín 'de la tele'  surgió siendo todo un veterano, con una vida ordenada desde hacía tiempo, centrado en sus obligaciones y su familia y convirtiendo su popularidad en una parcela que aún ha de ir construyendo. Joaquín el novato se estrenaba ante 3 millones de espectadores que es una cifra que en la franja nocturna ya no consigue nadie. Es visto por admiradores y por haters, que no le perdonan que quiera "hacerse el gracioso", que ejerza de cuñado con su ristra de chistes. Y Jesulín nunca contó chistes. Habría que reconocer que a los espectadores de los años 90 les gustaba reírse con/de él por su pronunciación y por sus esperadas meteduras de pata tipo "im-presionante": un cateto rico, le denominaban sus detractores.

Convergencias y divergencias

El diestro de Ubrique vivió cuatro años de esplendor mediático, entre 1992 y 1996. En un país donde los haters estaban silenciados porque sólo se podían expresar en la barra del bar, el público le aceptó todo hasta que le dio por sacar un disco, El amor es un ciclón, recordado por Toda (nunca cantó "toa", es un ejemplo del cliché cateto con el que prefería quedarse la gente). Al verle en el Benidorm Fest, bueno entonces era sólo el Festival de Benidorm, de 1996, parecía que como broma había llegado demasiado lejos. Ya el personal le había aceptado las corridas sólo para mujeres. Los compañeros de profesión preferían no verse relacionados con él en pro de la reputación. Jesulín se iba echando a perder. La aparición de una novia, Belén Esteban, enfrió a las fans. Las fases posteriores de su biografía ya pasaron al horario de sobremesa.

Belén Esteban en el plató de 'Sálvame' meses atrás. Belén Esteban en el plató de 'Sálvame' meses atrás.

Belén Esteban en el plató de 'Sálvame' meses atrás.

Una familia humilde de Ubrique, los Janeiro, se vio de improviso inmersa en el mundo de las exclusivas. La vida personal de este clan fue tema nacional durante años y aquel amor veinteañero del torero fue el pivote luminoso que durante décadas ha permanecido en los programas del corazón. La fama y los platós echaron a perder a Jesulín y a su familia. Eso conlleva un purgatorio para poder remontar en marca. Ni él ni su parentela pudieron volver a ser los mismos. 

La vida personal de Joaquín siempre ha estado al margen de su actividad deportiva. En el ámbito de su labor profesional como personaje público fue hace dos años cuando su esposa de casi 20 años de matrimonio, Susana Saborido, adquiría presencia propia en El show de Bertín, a través de la productora que ha creado El Novato, Proamagna. Saborido, que no hace juego con su apellido, es complemento al Joaquín mediático y ahora aparece de figurante en el programa, en momentos de humor, junto a sus hijas, Daniela y Salma, que tienen 16 y 12 años. Se podría dudar la conveniencia de sus apariciones aunque en conjunto ofrecen una imagen de naturalidad. Una familia con la que se pueden identificar los seguidores.

Susana Saborido es la esposa de Joaquín Sánchez y la madre de sus dos hijas, Daniela y Salma. Susana Saborido es la esposa de Joaquín Sánchez y la madre de sus dos hijas, Daniela y Salma.

Susana Saborido es la esposa de Joaquín Sánchez y la madre de sus dos hijas, Daniela y Salma. / GTRES

Cuestión de acentos

De hecho ese fue la clave del éxito de popularidad de ambos: ser auténticos, leales a sus orígenes humildes de familia numerosa, y naturales en sus expresiones y en sus respectivos acentos gaditanos. A propósito, en el tema resbaladizo de los acentos, ambos se expresan en un "andaluz cerrado", como diría de primeras alguien más allá de las rugosidades de Sierra Morena. Pero suenan diferentes, uno apareció con un marcado deje ceceante de la sierra gaditana; y el otro con la entonación cantarina, dejando las frases en alto y acuchillando fonemas de Cádiz capital y su entorno. En los 90 "lo andaluz" era aún una presencia exótica y de alusión cómica en los medios. A día de hoy en la televisión y las redes respetar el acento de cada uno es un valor añadido frente al castellano neutro y pluscuamperfecto que se fomentaba décadas atrás.

En ambos casos, su naturalidad les hizo ganar el aprecio del público. Jesulín dilapidó ese aprecio; Joaquín, que debería de estar bien asesorado por su entorno, debe cuidar (y dosificar) este respaldo que goza. ¿Está en riesgo de convertirse en un personaje tipo Jesulín? Tras una retirada del fútbol ya veremos.

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