Pasarela

'Pretty Woman' a los 50

  • La eterna 'novia de América' cumple medio siglo sin perder la sonrisa que la caracteriza

Todas las grandes estrellas tienen su sello. El de Julia Roberts es evidente; una sonrisa que, pese a que algunos consideran demasiado para su cara, otros la han llegado a nombrar la sonrisa más bella de América. Julia Roberts cumple hoy medio siglo y no ha perdido ni un ápice de su atractivo, ni de su tirón frente a las cámaras. En 1990, Pretty woman se cruzó en su incipiente carrera y la marcó para siempre. En esa versión moderna de la historia de Cenicienta la actriz creó el alter ego fílmico que ha llegado a convertirla en una de las mayores estrellas de la historia del cine: la chica sencilla con corazón de oro arrojada a un mundo que no entiende, como pez fuera del agua, dotada de una sonrisa más grande que una cabeza humana normal, y cuya aparente vulnerabilidad oculta una gran fortaleza.

Durante más de una década, Roberts reinó en la taquilla dando vida a sucesivas variaciones de ese personaje; y no es casual que sus posteriores intentos de ampliar su repertorio casi siempre en la piel de personajes secundarios -como el que encarnó en Closer (2004), quizá el único de su carrera dotado de una identidad sexual definida- se han venido topando con la indiferencia del público. Cuando la gente paga en el cine para ver a Julia Roberts, quiere ver a Julia Roberts.

Madre de tres hijos en la vida real, la sempiterna novia de América sigue conservando ese halo de Cenicienta a pesar de tener más que nunca los pies en el suelo. En abril, la revista People la nombró por quinta vez 'la mujer más bella del mundo', todo un récord. Ya se le otorgó ese título en 1991, 2000, 2005 y 2010. "Es sencillamente adorable e ingenua", dicen recordando la primera vez que se reconoció así su belleza, hace 26 años. A sus 50, la 'Pretty woman de Hollywood' hace balance de su vida en una entrevista en Harper's Bazaar. Protagoniza el número de noviembre y proporciona detalles de su carrera y su familia. "Yo era lo que más me importaba, era una mocosa egoísta que daba vueltas por ahí y hacía películas", reconoce sobre sus comienzos en una muestra de autocrítica.

Pero ahora su prioridad es la familia. "Si no estuviera aquí en esta entrevista, estaría conduciendo para llevar a mis hijos a la escuela", dijo Roberts. Su vida cambió por completo cuando conoció al cámara Danny Moder en el set de rodaje de The Mexican (2001). En aquel momento, ya había tenido numerosas relaciones de mayor o menor duración, desde Kiefer Sutherland hasta Benjamin Bratt y Dylan McDermott, pasando por Lyle Lovett. Roberts y Moder se casaron en 2002 en su rancho en Nuevo México y el pasado julio celebraron su decimoquinto aniversario junto a los mellizos Hazel y Phinnaeus, de 12 años, y Henry Daniel, de diez. "Con Danny me encontré a mí misma", confiesa Roberts en Harper's Bazaar.

Roberts fue la tercera hija de una familia del sur de Estados Unidos y creció en Atlanta en condiciones humildes. Sus padres, que vivían a duras penas con un teatro para niños, se separaron pronto. Su primer éxito llegó en 1988 con la comedia Mystic Pizza y solo un año después fue nominada por primera vez al Oscar por su papel secundario en Magnolias de acero. Pretty woman la convirtió en 1990 en una estrella de la noche a la mañana y con películas como Notting Hill su caché fue aumentando. A sus 50 años, Roberts entrará ahora en terreno desconocido con su primera serie de televisión basada en el bestseller de Maria Semple Today Will Be Different. La novela narra un día en la vida de una mujer que de pronto decide poner toda su vida patas arriba. Un papel en el que Roberts seguramente podrá lucir una vez más su flamante sonrisa.

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