Los adolescentes lo admiran y los directores alaban su trabajo. Nicholas Hoult está de moda y su nombre, aunque lleva muchos años ligado al mundo de la interpretación, empieza a pedir paso entre los grandes del cine.

Sus grandes ojos azules y su mirada de niño bueno cautivaron a la audiencia junto a Hugh Grant en Un niño grande. Tenía 13 años y, por aquel entonces, aún no tenía muy claro que su futuro fuera a seguir ligado al mundo de la interpretación, en el que había hecho varias incursiones desde los siete años. Pero cuando la serie Skin y su papel de Tony Storem se cruzaron en su camino, siendo aún adolescente, Nicholas no tuvo la menor duda de su sitio estaba delante de las cámaras.

La trayectoria de este actor británico ha estado marcada por los personajes de acción, desde los mutantes de la saga X-Men hasta Furia de Titanes o Mad Max, estrenada este mismo año y en la que se mete en la piel de Nux, un war boy que ha logrado convencer al público y la crítica.

Nicholas es mucho más que unos ojos azules y, tras su mirada inocente, se esconde pura adrenalina que le permite transformarse en los papeles más diversos. Y eso en Hollywood gusta, y mucho. Acaba de presentar Equals, una película que habla de amor futurista con Kristen Stewart como pareja de juego. Aunque para hablar de los amores de Nicholas es mejor mirar la ficción que a la realidad, ya que de su vida privada apenas transcienden datos, salvo la relación que mantuvo con Jennifer Lawrence, con la que coincidió en el rodaje de X-Men Primera Generación y con la que mantuvo una intensa relación durante algo más de tres años. Tanto para él como para ella aquella relación marcó una etapa de su vida. Desde entonces se muestra muy hermético a la hora de hablar sobre su vida privada, es más, asegura que no sabe nada de lo que los medios publican sobre él porque no le interesa y cree que todo lo que se dice está exagerado. De lo poco que se sabe de su vida en Los Ángeles es que tiene pasión por el surf y el senderismo y que dedica largas horas a la lectura.