Pasarela

Nadie como tú, AUDREY

  • Icono de la época dorada de Hollywood y musa eterna de la elegancia, esta actriz sigue enamorando 24 años después su inesperada muerte

Quería que la recordaran como aquella princesa rebelde que fue en Vacaciones en Roma o como la mujer de lenguaje imposible y sucios ropajes que conquistó a todos vendiendo malvas en My Fair Lady. Pero Audrey fue y sigue siendo mucho más que eso. Supo elevar la elegancia a un grado superlativo y aún hoy, cuando se acaban de cumplir 24 años de su muerte, sigue siendo recordada como una de las actrices con más estilo que ha dado la historia de Hollywood.

Su belleza serena era más sensual que sexy y su estilo depurado se asemejaba más al de una princesa de cuento que al de cualquier mito de la gran pantalla. Su sonrisa infinita y su mirada brillante fueron las señas de identidad que la acompañaron hasta su muerte, aquel 20 de enero de 1993.

Bajo una apariencia frágil se escondía una mujer fuerte, como demostró en muchas ocasiones

La trayectoria de Audrey Hepburn en el cine no fue tan larga como la sombra que dejó en él y basta con quedarse un rato parado frente al escaparate de Tyffany en la Quinta Avenida para ver cuántas veces al día le rinden homenaje imitando una de sus escenas más recordadas en Desayuno con diamantes.

Aunque su llegada al mundo del cine fue casi por casualidad. Aquella chica de origen aristócrata a la que el hambre de la Segunda Guerra Mundial había dejado una silueta extremadamente delgada siempre quiso triunfar en el mundo de la danza, pero el destino quiso que un cazatalento de la Paramount estuviera entre el público el día que ella actuaba en un pequeño teatro londinense. Se enamoró de su talento y no se equivocó, ya que sólo unos años más tarde recibía emocionada el Oscar por su papel de Anna en Vacaciones en Roma, una cinta que la catapultó a la fama y con la que consiguió no sólo la estatuilla sino también el Globo de Oro y el Bafta. Y eso que el papel no estaba pensado para ella, sino para Elisabeth Taylor.

Fue en aquella cinta donde surgió también su amor incondicional y correspondido por Givenchy, un diseñador al que confió no sólo el resto de su vestuario en el cine sino también los vestidos más importantes de su vida, como los que lució en sus dos bodas (con el actor Mel Ferrer y con el psiquiatra italiano Andrea Dotti). En la inauguración de la exposición sobre Audrey Hepburn que se exhibe hasta finales de marzo en La Haya, el diseñador reconoció que la actriz fue su amor platónico durante 40 años y dejó claro que bajo su aspecto frágil se escondía una mujer fuerte.

Y así lo demostró Audrey en muchos momentos de su vida. Fue fuerte para dejar plantado en el altar al que seguramente fuera su gran amor, James Hanson, cuando supo de su infidelidad y fue fuerte también para plantar cara al cáncer en los últimos momentos de su vida. Audrey se fue a los 63 años sin hacer ruido, como a ella le gustaba vivir. Donde únicamente no le importaba hacerse notar era en África, donde durante años ejerció como embajadora de buena voluntad de Unicef, una faceta de la que se enorgullecía y a la que se dedicó de lleno durante los últimos años de su vida.

Audrey cumpliría el próximo 4 de mayo 89 años y, a buen seguro, seguiría siendo una anciana de porte distinguido y mirada brillante; una abuela que seguiría enamorando a las nuevas generaciones sin tener que recordarles los años en los que el cine y el mundo le rendían pleitesía.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios